Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 24 de febrero de 2023

TORMENTAS MENTALES

 A medida que uno va cumpliendo años, teniendo experiencias y sumergiéndose en lo profundo de la vida, llega a la conclusión de que a lo mejor que se puede aspirar no es a las emociones intensas, a la novedad constante o a vivir al borde del abismo; sino a la paz mental.



 

Estar tranquilo puede llegar a ser una bendición. No sentir emociones encontradas en el interior, no padecer riadas de pensamientos contradictorios en la mente y mucho menos en el corazón, es lo mejor de lo mejor.

 

Para conseguir la paz no hay que hacer la guerra. No podemos aspirar a estar serenos, en armonía y con la tranquilidad de compañera si nuestra vida va saltando de mata en mata, si polemizamos todo o si somos los abanderados de la discordia. 

 

Si necesitamos hacernos notar para sentirnos vivos o si todo nos parece poco, entonces estamos perdidos.

Estar bien de verdad se consigue de otra forma. Posiblemente alejándonos de la queja, la trifulca o el juicio constante. Adaptándonos a lo que hay sin dejar de luchar por lo que nos mejora. Comprendiendo y empatizando con los demás sin considerar las diferencias una amenaza. Sintiéndonos  reconciliados con nuestros demonios y en paz con nuestros ángeles. Viviendo de forma sencilla pero fructífera para el corazón y la mente. En ese arco de posibilidades de tranquilizarnos, está incluido saber amar y amarnos bien. 

 

Huir de las tormentas mentales significa no adelantar desgracias, no imaginar más allá de lo que uno vive en el presente, no suponer lo que aún no ha pasado y desde luego, no entrar en el estúpido juego constante de montarnos historias en nuestra cabeza que casi, con toda seguridad, no ocurrirán nunca.

 

Lo tenemos fácil. No nos salgamos del instante que nos ocupa. Tomemos lo bueno y sepamos transformar en algo positivo lo malo que nos sucede.

No hay más.