Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 2 de abril de 2020

NO ESTÁS SOLO/A



Ahora que parece que estamos solos, estamos más cerca que nunca. No hay nada mejor que una desgracia nos una. Ante ella sacamos nuestro instinto gregario, nuestra más racial y animal forma de solidarizarnos. Nuestro deseo básico de permanecer en una cadena invisible de uniones cuyos eslabones, que son más fuertes cada  día, nos lleva a comunicarnos más de forma real. Queremos escuchar la voz. Oír a la otra persona al otro lado, a recordar a quién hace mucho que no llamamos, de quien no sabemos si está bien y nos importa.




A veces, esta gente pertenece a las mismas familias y eso es lo mejor y lo peor. La familia suele estar bastante desligada en estos tiempos. Sabemos que estamos ahí pero pasamos los días en nuestros círculo reducido en el cual hay más desconocidos y “amigos de calle” que familiares. Casi éstos se convierten, en circunstancias normales, en guetos en los que se sobreentiende que todo funciona aún sin comunicación. Pero ahora, nos gusta saber si siguen bien, si nos recuerdan o si saben los últimos avatares de nuestra vida.

No estamos sol@s y no lo estamos aunque lo parezca. Hoy, más que nunca, nos sentimos unidos solamente con vernos por la ventana, de balcón a balcón, yendo a comprar por la calle, paseando brevemente al perro, sabiendo, en definitiva, que la vida humana sigue ahí, nos incluye y nos pertenece.


Todo parece irreal. Es como una película en la que ver a un ser humano se ha convertido en una inmensa alegría, aunque sea desde la ventana. 


A lo largo de la historia han existido muchas pandemias, muchas pestes, muchos males que se han llevado montones de vidas en una época que se ha dilatado en el tiempo por siglos.


Todo pasa. Aún lo peor. Posiblemente con muchos sacrificios; hasta con la vida, pero es lo que nos toca vivir con un espíritu de victoria.


La derrota es para los que no tienen esperanza. Quién tiene fe en  que todo sacrificio tiene una vuelta de recompensa, la vida se hace más fácil. Al menos, eso sirve para seguir un día más.


Ya sabes, día a día. 

No hay más.

martes, 31 de marzo de 2020

ANTE EL CAOS, LO INMEDIATO



En las situaciones  difíciles, cuando todo parece caer y no vemos soluciones por ningún lado, no queda nada más que un camino. No hacer del futuro un infierno. Nada sabemos de cómo será o no, básicamente porque no tenemos nada más que el presente y dentro de ese presente, la inmediatez del momento.

Posiblemente, la herramienta más eficaz sea esa. Día a día y momento a momento. Centrarnos en lo que hacemos, en lo que vivimos a cada instante y aunque la esperanza no hay que enterrarla, encargarnos de disfrutar de lo poco o mucho que tenemos todavía.



Haz del tiempo de cada verbo un presente continuo.

No queda otra si queremos resistir la desgracia y todas sus consecuencias.

Veamos este breve relato.

“Un hombre se presentó a un maestro y le dijo:
-Mi anterior maestro ha muerto. Él era un hombre santo capaz de hacer muchos milagros. ¿Qué milagros eres tú capaz de realizar?
-Yo cuando como, como; cuando duermo, duermo -contestó el maestro.
-Pero eso no es ningún milagro, yo también como y duermo.
-No. Cuando tú comes, piensas en mil cosas; cuando duermes, fantaseas y sueñas. Yo sólo como y duermo. Ese es mi milagro.”