Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 3 de abril de 2021

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

 

Hoy llego hasta vosotros con dos poemas breves del Poemario “ Heredera de ti”. 

 

Algunos de vosotros habéis manifestado que resultan muy cortos y su lectura es como si pidiese continuar. Os dejo, por tanto, dos de ellos.

 

Gracias por sintonizar como mi doliente recuerdo.

 

NO QUIERO

 

No quiero estar preparada

Ni quiero comprender este día

No quiero ser fuerte y luchar, sola

Ni quiero plantarle cara

Al día a día de cada día.

 

No quiero abrir los párpados

Y no tener ojos que te miran

Ni quiero sentir las venas

Sin sangre, recorridas.

 

No quiero quedarme quieta

Ni correr sin rumbo

Y perderme luego

En ninguna parte de tu vida

 

Y no quiero volar alto

Para verte desde arriba

Tu cuerpo  en el agua

Y yo sin ti, vacía!.

 


 

 



¿DÓNDE ESTÁ LA RISA?

 

Ya no ríen los niños

como lo hacían antes

sobre tus pechos dulces,

ni revolotean juguetones

al son de su leche fría.

 

No preguntan por ti ahora,

ni quieren saberte perdida

 entre la corriente, escondida.

 

No te llaman

para no escuchar el silencio

de tu partida,

ni te lloran, ni te miran

 

Tus fotos, no son de ellos,

Y las esconden,

Para no verte dormida

 

No quieren subirse a tu cama

Ni dormir las sábanas de tu cuerpo

ni escuchar palabras tuyas

ni evocar tu risa en el silencio.

 

Ni quieren nombrarte

Ni revivirte en su mundo de vida

Ni te lloran, ni te miran.

 

 

 

 

jueves, 1 de abril de 2021

LO QUE LOS OTROS " NOS HACEN"

“Lo que otros nos hacen no es algo que debamos tomar y llevar dentro. Es su responsabilidad, su karma, su biografía y su particular forma de dar dolor por tenerlo dentro….”

 


 

Acabo de escuchar esto en una conferencia. Y la verdad, me ha dejado muy reconfortada. Es un pensamiento profundo y difícil de digerir. Lo más fácil es sentirte mal por el dolor que te causan otras personas y como respuesta, seamos o no, un tanto vengativos, es al menos, desear que esa persona/s sufran lo mismo para que se den cuenta de lo grande del sufrimiento. Sin embargo, no debe ser así.

Resulta complicado pensar que quien te causa dolor lo lleva dentro y es suyo. No es algo que yo deba tomar. Tengo que distanciarme lo suficiente, del apego que me lleva a tomarlo como mío, para poder enviarle lo contrario.

…”No tomo ese sufrimiento porque es algo que no es mío aunque venga dirigido a mí desde ti. Y como veo que eres un ser que no estás en paz, que tienes sufrimiento y quieres causármelo, te envío buenos deseos y sentimientos puros en vez de desearte lo mismo”.

Efectivamente, es difícil llegar a este punto porque el ego nos demanda otra cosa. Nos pone frente al otro ego y quiere entrar en la batalla. Nos pega al sufrimiento porque lo asumimos como propio rápidamente sin darle es espacio que precisa para dejarlo suspendido en él.

No es nuestro. No lo tomo y no te deseo nada malo. Eso pertenece a tu karma. Tú tendrás que responder por ello ante ti. Yo tendré que responder de lo mío; si tomo el sufrimiento tendré que responder de por qué me he quedado pegada a ello y lo he dejado germinar en mi corazón.

Me ha dejado tranquila y, de algún modo, he aprendido a sentir de otra forma.

No dudemos que somos energía y que las vibraciones de la misma envuelven al resto.

Siempre mejor que sean de amor y bondad que de rencor y reticencia.

Hay que ensayarlo mucho, pero no hay que preocuparse, la vida nos pondrá muchas lecciones para poder hacerlo.

Merece la pena aprender.

 

lunes, 29 de marzo de 2021

ASUMIR RESPONSABILIDADES

 

Hay una tendencia de auto_perdón que con ligereza nos lleva a no asumir responsabilidades, en muchas ocasiones 

Nos parece que en los problemas son los demás quienes se han equivocado, son los otros los que tienen la culpa. 

Solemos descargarnos de la pesada sensación de responder ante nuestros valores, nuestra ética o nuestro juez interior. Tendemos a culpabilizar a los de fuera. Es más fácil, más sencillo y, sobre todo, más liberador.

Pero esto no vale para siempre o caeríamos en una distorsión de la conducta que rayaría la patología. Debemos asumir la parte de responsabilidad que hay en los problemas y más aún en nuestros actos. Y sea como sea el resultado, asumirlo y mejorarlo, si es posible.

Os dejo hoy un breve relato alusivo a ello.

 

“…Un hombre fue al puesto de guardia a denunciar el robo de su burro. Una vez allí, y enterados al detalle de lo sucedido, los policías comenzaron a hacerle observaciones:

-Usted ha tenido poco cuidado. ¿Cómo se le ocurre tener un simple cierre de madera en la puerta de la cuadra en vez de un sólido cerrojo? - opinó uno.

-No puedo creer que desde la calle se pudiera ver el burro, siendo una tentación para cualquiera. ¿Es que no se le pasó por la cabeza nunca guardar al animal de miradas ajenas elevando las paredes de la cuadra? -dijo otro.

Un tercero, en tono crítico, le censuró:

-¿Pero dónde estaba usted en ese momento? ¿Cómo es posible que no viera al ladrón marcharse con el burro?

De este modo fueron cayendo sobre él un buen número de acusaciones hasta que, harto ya de esa situación, dijo:

-Señores, acepto todo lo que me han dicho, pero algo de culpa también ha de tener el ladrón, ¿no creen?”…

 

domingo, 28 de marzo de 2021

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

 

"Y LO QUE QUEDA"… ES NADA

Si pudiera entender,

el ocaso que trajiste tras la victoria,

la derrota que acompañó

a la batalla ganada,

tus ojos tristes mirándome

en lo lejos de tu cercana cara,

Y esa nube de tu mente

separándonos infinito

cuando más parecía cercana.


 

Lejos de ti y más lejos todavía

Me colocaste muda y callada

Y sentí el frío de hielo

Que se pega al alma.

Y vi como estando conmigo

Estabas y te alejabas

De noche, entre mis ardientes mantas

De día, entre lánguidos  fogones

Y esas ganas de besar,

 que matan.

Te tenía cerca, amor, y me engañaba

¿Dónde están los “todos”,

los “nunca” y la “nada”?,

dónde las promesas rotas

y el silencio que amarga.

Dónde quedaron las risas

Y la complicidad sellada

Dónde quedaron las ansias

Dónde, las horas que sin sentir,

Pasaban.

Ahora ya sin tiempo,

Viviendo en tu cielo de nada

desde allí me dices

Que hay luz a lo lejos, inmaculada

Y que en ella,

 me esperan faunos y hadas.

Y yo sigo creyendo

En tu leyenda encantada

Y me duermo serena

Oyendo tu risa insana.

Y pienso en un instante

que no era yo,

la que por detrás fallaba

que tú eras el de siempre

y te confundiste de manada.

Por eso, ahora

Pienso libre

en mi libertad serena y blanca.

Te ganaste a pulso el olvido

entre llantos y eternas madrugadas,

por eso ya, tu recuerdo

no me dice nada.