A veces uno tiene tanto que decir que las palabras se agolpan en la mente y se enredan en la lengua. Salen todas en tropel, encadenadas sin orden y atropelladas sin forma definida.
A veces, uno siente que quiere decir tanto que apenas dice nada y se da por callada la respuesta que el otro esperaba. Cuando esto sucede es porque los sentimientos ahogan la palabra y en donde se merecía una explicación, se está mejor sin habla.
A veces, uno siente que quiere decir tanto que apenas dice nada y se da por callada la respuesta que el otro esperaba. Cuando esto sucede es porque los sentimientos ahogan la palabra y en donde se merecía una explicación, se está mejor sin habla.
La palabra no dicha es voluntad no empeñada y sin embargo, ¡cuánto duele no decir nada!.
Escuchamos en silencio…como si no tuviésemos razones ni ganas. Oímos lamentos, requiebros, condenas y hasta censuras raras…que no son nuestras, que no comprenden lo que uno calla…y decidimos, con el sentimiento en la garganta…que es mejor el silencio que ser canalla.
Lo que uno no dice!!, lo que uno guarda!!...
Todo para seguir viviendo con la verdad en la palabra…
Aquella no dicha…la que está callada…
¡!La que hoy te entrego para amarla!!