Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 20 de junio de 2020

LA DOBLE CARA DE "LO FÁCIL"



Algunas veces, lo fácil es sospechoso. El perdón fácil nos hace dudar de su eficacia ya que no se asienta en un “soltar” el rencor de forma madura o si se desea la conciliación con la persona que perdonamos, tampoco se fundamenta en una reconstrucción de la relación mediante la cual sea posible.



La risa fácil siempre conlleva nerviosismo, ganas de agradar por recompensas de reconocimiento o sencillamente simpleza.
Los afectos fáciles tampoco merecen mucha credibilidad si se producen en un instante, así sin más. Hay que darle tiempo a todo; no un excesivo tiempo, su tiempo, el necesario.

Por otra parte, es cierto que huimos de las personas complicadas, que nos gustan los caminos sencillos y que elegimos en función de esa sencillez si es que de un reto se trata. 

Lo fácil tiene una doble cara. Un matiz inocente y delicioso que nos hace sentir bien. Nos coloca una alfombra roja bajo los pies en la que caminar por ella se hace muy agradable. 

Tendemos a lo fácil por simple economía del esfuerzo. 

Nuestro cerebro trabaja menos, nuestro cuerpo también y el resultado es más sereno, que no más gratificante. Por eso, hay gente que se empeña en acometer todo tipo de acciones complicadas, dónde puedan medirse consigo mismos o con los demás. Sin embargo, no vuelve a indicarnos nada más que otra nueva forma de ser y sentir que, en algunos casos extremos, raya el histrionismo.

Desconfía de lo fácil cuando te coloquen lo que pides en una bandeja de oro en el minuto cero. Algo hay detrás. Nada es gratis. Todo lleva oculto una factura aunque sea invisible. 

Recuerda que esta suele ser las más difícil de pagar.

miércoles, 17 de junio de 2020

PENSAMIENTOS INÚTILES



Nos pasamos la mayor parte del tiempo en diálogos con nosotros mismos llenos de pensamientos inútiles.

La mente nos juega malas pasadas. Construimos montañas donde solamente hay arena y elevamos a la categoría de importante lo que solamente es accesorio. 

Pensamos demasiado, nos relajamos poco y vivimos en el ruido, la prisa y la crítica constantemente.

Después de todo, le pedimos a nuestro equilibrio que esté en su sitio y nos preguntamos dónde está nuestra paz.

Hay que alejarse de lo que nos quite el sueño, la sensación de libertad y esa estado de calma que raras ocasiones es el que predomina en nuestros día a día.

Utilizamos demasiados pensamientos inútiles en los que ponemos mucha energía; una energía desgastante que sin llevarnos a ningún sitio, nos deposita en la angustia, la frustración y el sufrimiento.

Hay que someter a preguntas clave aquello que nos ronda en la cabeza y que rumiamos continuamente.

 ¿Por qué este pensamiento me aleja de mi paz?¿Es tan valioso como para desequilibrar mi vida?¿Es siquiera real?¿Puedo vivir sin ello?¿Mejora mi existencia si lo ignoro? ¿Qué es lo peor que me podría pasar si lo pierdo?¿Y lo mejor?.

Podemos anclarnos en el presente sintiendo la cercanía de las otras dos categorías temporales que se aproximan a la real pero que nunca la tocan.



Para ello, un sencillo ejercicio que aprendí hoy. (Enrique Simo.- Meditación 16 Junio BK.-8 A.M). 

Respira profundamente y suelta lentamente el aire para indicar a tu cerebro que “no pasa nada”, que todo es como tiene que ser, que estás en el momento que debes. Hazlo varias veces y en ello observa:

·      Con cada inspiración conectas con el momento presente.
·      Al soltar el aire, estás acercándote al pasado porque se está terminando el respiro que has comenzado.
·      Con la nueva inspiración vivencias el futuro que te espera de inmediato al terminarla.

Tres momentos que resumen la vida. Vives mientras sueltas el pasado y te alimentas de un futuro siempre inmediato que conviertes en presente continuo. 

¿Qué razón tienen los pensamientos inútiles en este devenir sencillo y tranquilo de cada instante?.

Experiméntalo cuando sientas angustia por lo que pasó o ansiedad por lo que vendrá. Elimina todo aquello que te aleje de tu paz, de tu centro y quédate con lo que haga feliz a tu alma.

lunes, 15 de junio de 2020

CUANDO EL DOLOR APRIETA



Cuando el dolor te ahoga 

no tienes sitio,

Ni puertas que se abran, 

ni ningún nido.

Cuando aprieta silencioso

Las lágrimas casi se han ido
 
De tantas como derramas

Sin que nadie te vea; en el olvido.



Cuando el dolor penetra

Es como un cuchillo y su filo,

Rasgando el alma abierta

De par en par y con sigilo.

Luego, después de todo, llega la calma

Y es cuando se convierte en lo sufrido.

Y uno lo cuenta como historieta

Al escucharlo los que no lo han sufrido

Pero es historia de terror

 para quienes lo hemos vivido.

Cuando el dolor aprieta

No quedan fuerzas, ni rabia, ni silbidos

Solamente las ganas quietas

Y las ansias de dormir sin gritos.