Domingo anterior
.-Mi querido amigo, ¿ qué te sucede?. Tocó su frente comprobando
que estaba muerto.
.-Steven, Steven…! respóndeme por favor!. Amigo, no!, tu también
..NOOO!!!. Lloraba desesperadamente mientras Swa se había deslizado por la
parte trasera tratando de huir. Escondida entre el resto de los coches se
acurrucó debajo de uno de ellos para no ser vista.
Owen tardó unos instantes en reaccionar olvidando su presencia
en la escena. Abrazó a su amigo con una tristeza inmensa mientras las lágrimas,
llenas de amargura, se deslizaban también sobre el hombro de su amigo muerto.
De pronto, se dio cuenta de una diminuta mancha de sangre en el
lugar que había mojado sus lágrimas. Se apresuró a descubrir la camisa de su
amigo y allí lo pude ver. Aplastado y muerto se escondía el pequeño escorpión
que había matado a su amigo.
No podía saber que su destino era otro. Que estaba destinado a
sí mismo.
Muy pronto, antes de lo que pensaba, todo se iba a complicar aún
más porque en aquel momento, Swa estaba dispuesta a traicionarle para salvar la
vida de su hijo o, al menos, había comenzado a intentarlo.
________________________________________________________
Domingo 07-08-16
Desesperado volvió la cabeza en busca de Swa, pero ya no la vio.
Replegada en los bajos de unos coches más adelante, esperaba el momento exacto
para salir en busca de su hijo.
Owen, en un estado de absoluto desconcierto tomó el móvil de su
amigo y marcó el número secreto que jamás creyó volver a utilizar. Al otro
lado, alguien esperaba con ansiedad aquella llamada que había tardado años en
llegar.
.-Soy yo. El momento ha llegado.
.-Bien. Nos veremos en cuatro horas en el lugar fijado. ¿Estás
seguro?.
.-Absolutamente.- En el otro lado solamente se escuchó el sonido
seco de haber colgado la comunicación.
Owen se encontraba perdido. Su amigo muerto en sus brazos había
terminado con cualquier esperanza. Swa no estaba allí inexplicablemente y no
tenía sentido seguir con aquella venganza personal que nunca podría resarcir a
todas las víctimas. Había llegado el momento de hablar, de contarlo y de
demostrar el horror que había presenciado de niño.
Tenía cuatro horas para entregarlo todo.
Mientras tanto, Swa buscaba desesperadamente el lugar donde había
sido citada con aquella diminuta tarjeta sim pegada a su mano. Corría entre la
gente sin apenas ver nada. Caminaba absolutamente inmersa en su miedo.
Solamente la imagen del pequeño Liu conseguía mantenerla en pie.
Se sentía mal. Traicionaría a Owen por su hijo pero era un cambio
que no admitía lugar a duda. Nada podía arrastrarla más. De pronto, alguien se
chocó con ella despistadamente.
.-¡Perdón señorita! ¡Cógalo!.-
Un hombre joven que abrazaba un perro herido le depositaba en sus manos al
pobre animal que la miraba lánguido y quejoso.
.-¡Eh! Pero no puede dejármelo a mí.- Swa decía esto mientras el
hombre salía corriendo para huir del alcance de otro hombre de aspecto
extranjero. El perro tenía una pata quebrada y una herida en el lomo que
parecía de bala. Llevaba una correa con una especie de bolso debajo de su boca,
semejante a los perros escoceses que portan el whisky para su dueño.
Estaba cerca de un parque pequeño en el que jugaban niños de varias
edades. Se acercó a uno de sus bancos para observar al animal y comprobar su
estado. No podía dejarle en aquella situación. Aún estaba lejos del punto de
encuentro con los raptores de Liu pero tenía tiempo suficiente para atender a
aquel animal que la miraba con tanta gratitud que hacía imposible su abandono.
Efectivamente, el perro estaba herido de bala pero no revestía una
gravedad inmediata. Su padre había regentado una clínica veterinaria en su país
de origen y estaba acostumbrada a ver lesiones y a valorar sus riesgos.
.-No sé cómo te llamas, ni por qué has llegado a mí, pero te
pondrás bien. ¡Todo nos irá bien a los dos! - Mientras decía esto observó que
la pequeña bolsa que se ajustaba a su cuello estaba semiabierta. Separó ambos
lados de ella y a partir de ese momento solamente pudo dar un grito inmenso de
desesperación.
.-¡!! Nooooooooo ¡!!!...