Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 30 de junio de 2019

NO PASÓ NUNCA



Todos tenemos fantasmas en nuestra vida. Sucesos que preferíamos olvidar. Unos con consecuencias importantes que tal vez los hagan presentes a cada instante, otros menos trascendentes en cuanto a los resultados visibles, pero tal vez no para el sosiego del alma.

Si piensas por un momento en tu vida, ¿hay algún suceso que hubieses preferido no vivir?¿Y en caso de que lo haya, lo recuerdas a menudo?¿has sido capaz de aplicar la frase liberadora “ No pasó nunca”?.



Lo cierto es que no estoy de acuerdo con la consabida frase aplicada al perdón;…” sí, yo perdono pero no olvido”… Es como una especie de sentencia demoledora en la que el acto de perdonar queda cojo. Se utiliza banalizando lo que supone “perdonar”, “liberar” el odio, el rencor de ti. 

Efectivamente, queda como una especie de resquemor al decir” no olvido”, situación absurda, por otra parte, porque efectivamente nadie podemos olvidar nada de lo vivido lo cual no significa que el recuerdo nos instale en el rencor y la amargura permanente porque entonces no hemos perdonado.

En el caso de aquello a lo que podamos aplicar la frase “no pasó nunca”, se opera una especie de  autoengaño que nos ayuda a vivir. Es como protegernos de nuestro propio remordimiento, de esa conciencia tirana que actúa como riguroso juez cuando hay algo en lo que hemos actuado mal.

Sin embargo, a veces es muy útil. Levantamos una pared ante hechos que no pueden remediarse y podemos seguir con la vida que, por sí misma, traerá nuevos capítulos donde poder aplicar lo que aprendimos en aquello que queremos olvidar.

Sabemos que si no logramos aprender nos volverá a ir mal.
Hemos venido a experimentar, a recordar y a mejorar. 

Hagámoslo lo mejor posible, pero si en el medio del proceso caemos de nuevo, no nos torturemos. 

“No pasó nunca”.

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