Siempre
parece duro volver a empezar, pero en ocasiones es una oportunidad para encontrarnos
con nosotros mismos, para conectar con lo que éramos antes del terremoto y para
poner a prueba las inmensas posibilidades que la vida puede traernos.
Si
siempre hacemos lo mismo, nos encontraremos con idénticos resultados. Cuando
vemos que algo no va bien hay que probar de otra forma. Solemos empeñarnos en
realizar las mismas acciones, dar los mismos pasos, saltar el obstáculo hasta
que llega el siguiente…y desgastarnos en esfuerzos inútiles que nunca dan el
fruto deseado.
Volver
a empezar es renacer de nuevo, cambiar de hábitos, mirar de frente y seguir con
nuestro mejor yo.
Todos
nos equivocamos. Todos cometemos errores. Pero no todos sabemos extraer el
aprendizaje que nos muestran; porque confundirse es una oportunidad para no
repetir lo mismo y si lo hacemos, la vida nos pondrá delante, una y otra vez,
idénticas dificultades hasta que aprendamos lo que queremos, lo que no y lo que
nunca jamás.
A
veces, la pena nos mata. Hay personas que sufrimos por lo nuestro y por lo de
los demás. Temenos siempre hacer daño, sentimos hasta el más mínimo detalle que
moleste al otro, nos llega muy dentro el dolor ajeno y hasta queremos
resolverlo como sea.
Hay
que ayudarse a uno primero. Posiblemente, mucha gente trate de salvar a otra cuando
ella misma está ahogándose. Y al final vemos que todo es más fácil de lo que
parecía. Que no pasa nada. Que la vida sigue y nosotros con ella.
Volver
a empezar significa no mirar atrás si estamos seguros de haber aprendido la
lección.
Cada
día será una nueva oportunidad de vivir otras cosas, de otra forma, con otro
talante, sabiendo sobre todo lo que uno no quiere que se repita nunca más.
Volver a empezar, otra vez; una y mil veces si es preciso hasta que estemos en lo nuestro.
Volver a empezar, otra vez; una y mil veces si es preciso hasta que estemos en lo nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario