Seguimos con otra de las herramientas necesarias para llevar la calma a nuestra vida. Se trata de la gestión de los pensamientos.
Siempre estamos en constante diálogo interno. Nos hablan, nos increpan, nos asustan…pocas veces nos calman. En realidad, tampoco somos ellos. Podemos mirarlos con perspectiva, observarlos pacientemente, pero sobre todo llevar el timón de su marcha. Controlarlos. Ser la dirección que los encamina hacia el foco que nosotros marquemos, porque sin ese rumbo pueden ser nuestros verdugos.
Veamos:
“Observa tus pensamientos. La mente es, a veces, la gran enemiga de la felicidad. Sólo quiere sobrevivir.
Ella, también quiere salvarte.
Te alerta de todos los peligros y te mantiene siempre en alerta máxima.
Si dejas que te domine te llevará al paredón.
Hay dos tipos de pensamientos: los automáticos o inconscientes y los reflexivos o conscientes. Los primeros son basura mental. Te conducen a una realidad inexistente y limitante. Los segundos, los creas tú.
Enfoca, visualiza y céntrate en aquello que quieres.
En tus objetivos.
En lo que te potencia.
Sé consciente de cuando te vas a los automáticos e inconscientes y déjalos pasar.
Vuelve al aquí y ahora.
A ese brecha entre pensamiento y pensamiento.
Sólo ahí estarás creando una vida nueva y transformadora. El resto será repetición de la vida que tenías.
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