Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 12 de agosto de 2024

TU SILLÓN PLATA

 Todos tenemos en casa un apreciado sillón.

Un sillón que perteneció a alguien muy querido,

que le protegió, entre sus paños, en sus horas amargas, que acogió los dolores de su alma y las alegrías de momentos dichosos.

 

         Su sillón está presente, como él mismo. Me atrapa, de vez en cuando, en su seno como si su regazo me protegiese. Me habla de su paciencia, del tiempo de sueños durante el que se enamoró de él, de pensamientos oscuros y de claridades meridianas que sentía muy suyas.




 

         ¡He aprendido tanto contigo de él!.

 Fuiste barco con el que navegó por los sargazos de su vida, 

calma y reposo de los tiempos oscuros del hambre y la sed del alma, 

de  momentos eternos en los que se sentaban en aquellos tus brazos, sus nietos llenándole de besos,

 de mi mano junto a la suya prometiéndole que aprendería de su sabiduría, 

que sabría, como él, observar despacio y callar después para actuar con acierto.

 

         Y miro al cielo, y agradezco este día en el que viste la luz por primera vez. 

 

¡Fuiste tan bondadoso con el mundo, tan amable con su gente, tan amoroso con los suyos.!

 

¡Cómo poder olvidarte, ni un solo día.! 

 

Por mis venas corre tu sangre; por mi cabeza tus ideas sabias; en mi corazón…tu dignidad magnífica en la elevada emoción que ahora embarga mi alma y mi cuerpo, con los pensamientos elevados que, tú papá, dejaste en mí.

 

¡Felicidades, ahora, en tu sillón del cielo!, seguro que allí también serás un alma especial.

 

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