Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 15 de enero de 2019

EL VERDADERO PODER



En muchas ocasiones ansiamos lo que los demás poseen, sobre todo si son cualidades difíciles de adquirir.

 Hay personas que creen que pueden tenerlo todo, que nada se les resiste y que poseen cualquier clase de sabiduría aunque no rocen su misterio siquiera. Personas temerarias que manipulan para conseguir a pobres discípulos que les sigan a todas partes embelesados con su engaño. 




Me ha gustado este breve cuento.
Lo comparto.


Un hombre de corazón endurecido decidió hacerse discípulo de un sabio con fama de tener mucho conocimiento y poder. En realidad, lo que deseaba era llegar a convertirse en maestro él mismo y reunir miles de discípulos que lo venerasen y satisficieran todos sus caprichos. Pero el sabio, leyendo el corazón de aquel hombre, lo rechazó como discípulo. No obstante, no se dio por vencido.

Corría el rumor de que el maestro poseía un talismán mágico que era la fuente de su poder y sabiduría, por lo que decidió averiguar si era cierto, y llegado el caso, robarlo. Por fin, una noche, después de mucho esperar y acechar, logró hacerse con el talismán. Pero aquel individuo, por más que manipulaba y estudiaba el talismán, no era capaz de adquirir un ápice de conocimiento ni poder aunque, no obstante, llegó a tener algunas centenas de pobres discípulos a los que enseñaba. Confiaba en que antes o después el talismán le relevase todos sus secretos.

Pero una noche, de repente, apareció en su estancia el maestro.
-Eres un pobre desgraciado que no conoce las consecuencia de sus actos -le espetó-. Haces creer a esos pobres desgraciados que eres un maestro, y en realidad estás manipulando sus emociones y anhelos. Nadie te dio la potestad de enseñar. Esta potestad sólo puede otorgarla un hombre de conocimiento como yo. Y ni yo, ni nadie como yo te la dará jamás. Ahora devuélveme el talismán que me robaste.

Aquel hombre, sintiéndose atrapado, contestó lleno de ira:

-Está bien, tal vez yo no logre nunca el conocimiento y el poder, pero tú lo has perdido y por eso vienes a buscar el talismán mágico que otorga esos dones. Pues has de saber que no te lo devolveré nunca, antes te mataré o tendrás tú que matarme.

-Pobre desgraciado -dijo el maestro-, no te das cuenta de tu estupidez. ¡Yo soy un maestro y puedo hacer otro talismán! ¡Tú con el talismán no puedes ser un maestro!

No hay comentarios:

Publicar un comentario