Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 22 de septiembre de 2019

LA DESGRACIA AJENA



No es que disfrutemos con la desgracia ajena, pero si nos alegramos de no ser nosotros los elegidos por el fatal destino.

Lo que sucede al vecino nos deja sin palabras, encoje el corazón y nos empequeñece el alma, pero nos  alivia, de alguna forma, porque el mal no ha pasado por nuestra casa.




Estamos en un mundo acostumbrado al dolor; siempre que sea de otros. Vemos las noticias plagadas de sucesos que parecen insoportables. Gentes normales, cualquiera como nosotros. 

Creemos que no podríamos soportarlo en caso de ser los protagonistas. Eso provoca una reacción inmediata de querer pensar en otra cosa, de evadirnos y de pasar a lo siguiente que esperamos más dulce. Por eso se explica el éxito de los programas de corazón, de los “realitis” en vivo y en directo que apartan nuestros ojos de la realidad convulsiva que nos envuelve y nos instalan en problemas superficiales, también de otros, semejantes a los nuestros y que los hacen más pequeños por ser más generales.

La vida de cada uno tiene sus propios dramas. Los fantasmas que nos acompañan son nuestros, con forma propia y envoltorio particular. Todos tenemos algo de lo que arrepentirnos y algo de lo que estar orgullosos. Luego el destino reparte suerte o nos la niega.

Nadie es feliz del todo, todo el tiempo. Los problemas que creemos irreparables en nuestra biografía se repiten a lo largo y ancho del paisaje humano.

Sólo  queda agradecer lo simple, lo pequeño y lo cotidiano que nos ayuda a vivir. Porque estoy segura de que todos tenemos mucho más de lo que pensamos para hacerlo.

Las desgracias inevitables no podemos manejarlas para evitarlas. De las que hacemos oposiciones, nadie, tampoco, puede salvarnos si llegan.

Revisemos nuestra conducta. Elijamos lo que nos haga sentir mejor y no dañe a los demás.

Luego, nuestro sino jugará sus cartas pero nos encontrará con una actitud diferente, sin duda.

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