Como
agua fresca miro tus ojos
Para
beber en ellos la dicha y el antojo,
Ha
llegado el calor y el sofoco
De
no tenerte niño cerquita
de
mis labios rojos.
Acunando
recuerdos viejos
Que
hacen del pasado, mi todo.
Te
llevo en el pecho como cruz
Que
encierra el amor y el odio,
Como
si dependiera de este símbolo
La
vida que no he vivido
en
tu lado fresco de menta e hinojo.
Bésame
niño, bésame mucho y poco
Que
cuando termine la noche
Y
el calor abrase de nuevo,
Me
habré ido para ser un sueño
Que
mirarás de lejos,
Como la verdad inmensa
De
quererme todo.
Bésame niño, bajo la sombra de tus ojos
que creeré que he muerto y despertado
en el edén de los más felices de los locos.
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