En
una conversación en grupo, hablábamos de qué nos gustaría comprar. Todo el
mundo aludía a pequeños y grandes caprichos de esos que tienen precio. Sin
embargo, una persona dijo: “…yo compraría tiempo”.
Me
dejó pensativa. Es cierto, me dije, efectivamente si no tenemos tiempo de nada
vale tener cosas para no poder gozarlas.
Es algo semejante a la salud. Pocas veces nos
acordamos de ella cuando la tenemos y en realidad es la premisa básica para
cualquier deseo, cualquier meta o cualquier logro.
Hay
que valorar el tiempo. Si no lo valoramos, ahora mismo, es que de alguna forma
nos sobra.
Quien
no lo tiene lo aprecia enormemente.
¡Regalar
tiempo!, eso es algo inmenso. Cuando tú le das tu tiempo a otra persona, le
regalas lo mejor que posees. Solo tenemos de verdad nuestro tiempo. El que
vivimos, el que nos queda.
Cada
segundo que vivas con otras personas, cada minuto que les dediques, cada rato
que les regales…es un verdadero privilegio porque ese bien tan preciado pasa
por ti para no volver.
Pocas
veces pensamos en lograr tiempo. Nuestra lista de deseos se dirige a cosas
contables, la mayoría de las veces. Y nos parece que la salud y el tiempo lo
tenemos regalado ya de base. Pero no es así.
Por
eso, cada vez que alguien hable contigo, comparta un café, debata en una
conversación, pasee o simplemente llame a tu teléfono valóralo como un
auténtico regalo. Es lo verdaderamente
suyo. Lo que se le escapa y no regresará jamás. Lo que forma parte de su
historia y constituye el tejido de ella.
Tal
vez debamos pedir, junto a los placeres que deban llenarlo, un poco más de tiempo
para gozar de lo que tanto anhelamos.
Si
valoramos el tiempo, también sabremos cómo pasarlo y con quién del mejor modo.
¿Podemos
pedir mayor dádiva?
Gracias, realmente interesante. Llevo tres años y medio regalando mi tiempo, primero a mi marido, es normal que le dedicara mi tiempo, era tan importante para mí que además de mi tiempo daría mi vida a cambio de la suya, no pudo ser, luego fue mi madre y hasta hace 20 días fue a mi suegra, no me arrepiento pero di tanto que ya no soy la misma
ResponderEliminarEl tiempo que se regala, querida amiga, se multiplica en vez de dividirse. Ahora es tu tiempo! Los regalos que les hiciste te llenaran el resto del tuyo que te quede.
ResponderEliminarCoge tu nuevo tiempo y sabiréalo despacito. No te niegues a ningún regalo que la vida te haga. Te los hará. Por lo que te mereces. Seguro. Bss