A lo largo de la vida te das cuenta que la mayor parte de la gente que comparte los días contigo ha sido, en algún momento, gente desconocida. Incluso adviertes que hace un tiempo, tal vez, nada te unía a ellos y hoy no sabrías vivir sin el calor de su presencia.
Comenzamos
la andadura por la vida de la mano tierna de nuestros padres, sobre todo de la
protección incondicional de la madre que nos une con el cordón umbilical al
universo estelar. Pero poco a poco vamos recorriendo un camino en el que su
presencia se desdibuja para dejar hueco a otros seres que sin saberlo, serán de
suma importancia también.
En
ocasiones, las personas desconocidas pueden sernos de mayor ayuda que la
familia propia. Posiblemente, nada se agradece más que recibir apoyo,
comprensión y una mano tendida de alguien al que nada te ata y sobre todo, al
que los lazos de sangre no confieren una especial obligación.
Por
suerte, la vida te trae a la gente que precisas, vivas experiencias
maravillosas con ella o lo contrario. Porque el camino del aprendizaje no
podría llevarse a cabo si solamente tuviésemos rosas al lado. Son las espinas
las que nos enseñan a bordearlo o a protegernos de él.
Es
curioso al menos, mirar a nuestro alrededor y comprobar lo importante que es
alguna de esta gente que no conocíamos antes. Pensar que hay una fecha que
marca un antes y un después de ella y sentir que llegó en el momento justo.
Los
afectos no son moneda de cambio. Se sienten o no. Nada justifica la obligación
de tener que amar por un vínculo sanguíneo. El merecimiento es lo que determina
la reciprocidad del amor y éste no es sino el propio amor que viene y va de
vuelta.
No
podemos obligar a querer. Por eso, valoro tanto lo que siento por la gente
desconocida que hasta hace poco no significaba nada en mi vida y hoy en día, a
través de su propio cariño, lo son todo para mí.
¿Puede
existir mayor vínculo que el que establece el amor?.
A esa
gente desconocida que ahora lee estas líneas también le dedico mi afecto porque
en el silencio sienten, vibran y se emocionan con lo mismo que a mí me hace estremecer.
Estar
unidos en estas emociones nos liga con hilos invisibles cuya fortaleza inmensa
teje la manta de plumas sobre la que descansamos en este rincón.
Gracias,
un beso
Muchas gracias Flor y Nata. Lo pones todo aquí, es por eso que nos mantenemos contigo. Realmente haces visible lo invisible.
ResponderEliminarUn beso
*** GRACIAS XARA *** Infinitas gracias!!!
ResponderEliminarA veces "Dios" (fuci..), te da premios que pueden durar años o quizá toda una vida. Gracias "desconocida" Besines.
ResponderEliminaray!! LOLA!!!Espero q cada gota d bienestar dejado por un desconocid@ nos ayude a pasar la vida con esperanza. Besosss
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