Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 3 de octubre de 2012

MENTE Y CORAZÓN

Nuestra mente es un ente autónomo que funciona con voluntad propia. Nos parece que ella se organiza, se enreda, se expande, se alza o desciende según criterios propios que poco tienen, muchas veces, que ver con la voluntad.
Mientras nuestro corazón nos habla de amor, ella se empeña en aplicar la lógica; en emplear razonamientos a lo que duele y en intentar un orden donde cunde el caos. Creemos en ella y en su peculiar sentido de lo correcto. En lo que se debe hacer y no en lo que se quiere vivir. En su rigor espartano cuando juzga a otros o en esa insaciable conversación acusadora cuando lo hace con nosotros. Y a pesar de todo, ella nos parece el instrumento adecuado para acertar equivocándonos de nuevo una y otra vez.
El ensayo y el error han sido sus puntos de referencia para avanzar en los mentales logros pero, aún así, ha necesitado anclajes que fijen el corazón a las neuronas y en un intento de combinar el impulso del sentimiento con la fuerza de la razón.
Por más que uno llama a la puerta del intelecto, cuando el malestar está más abajo, no logra encontrar consuelo. Sólo el corazón conoce las causas de nuestros males, sólo él sabe dónde encontrar el antídoto y nadie más que él puede remediar la falta de oxígeno del alma.
Al igual que desarrollamos la capacidad lógica, el pensamiento estructurado o la habilidades mentales deberíamos cultivar la intuición. Ella pertenece al motor de arranque de la vida misma. Ella es la que sin razones es capaz de dar en la diana de las soluciones y la que, sin duda, nos permite ver más allá de lo evidente mediante un pálpito profundo e intenso que todo lo clarifica al instante sin necesidad de ecuaciones complejas con las que precisar la fórmula del amor.
En definitiva, es amor lo que todos ansiamos, es amor lo que necesitamos y también es amor lo que nos lleva a la búsqueda incesante de la felicidad.

2 comentarios:

  1. Es amor lo que tenemos, en definitiva. Quizás cuando aprendamos a valorarlo, éste nos sirva de soporte para encontrar esos caminos que también buscamos, los caminos de la sabiduría, el conocimiento. Las respuestas a nuestras preguntas, el impacto que a veces proyecta el "sinsentido" sobre nosotros. El amor es puro facilitador. Los grandes científicos estaban dotados de éste ELEMENTO fundamiental en el SEr humano. Los seres más inocentes no sobreviven sin Él.Es nuestra verdadera guía, la mente, simple-mente es una prolongación de nuestras manos, un órgano más, a disposición del corazón.
    El corazón también es un órgano, a disposición de un observador que no se ve, al que podemos acceder cuando se hace silencio en nuestro interior y cuando ningún eco puede contaminar la claridad de su pureza. Absoluto silencio.
    Besitos

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  2. Xara qué belleza en lo que dices!!...de todo me quedo con esa frase..."El amor es puro facilitador"...es verdad...todo es fácil con amor...todo. Hasta lo imposible se vuelve posible en el modo que sea para que pueda ser...siempre hay camino si el amor está presente.
    Gracias por dejarnos esta reflexión tan cercana y amorosa.
    Besos

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