Enredados en la mente,
En los sueños, en la vigilia.
Sabes que desde siempre
tu alma me pertenece,
como el árbol a la vida
como el río a la cascada,
como el adiós. de cada día.
Partido el corazón en dos,
laten con las mismas notas,
en una idéntica sinfonía
En dos cuerpos distintos,
en una sola agonía.
Si estás lejos, la locura es patria mía;
Si cerca estás, nada me rompería.
Con tu mirada y con mis risas,
Contra el viento y la marea henchida.
Cantando en la carretera,
cubriendo de kilómetros la dicha,
desde Ecuador a Manila,
caminamos juntos
sin punto de partida.
Sin retorno en la mente mía,
Sin olvido en tu día a día,
Acurrucados juntos en la frente altiva
del dios travieso que nos juró envidia.
En el medio de la nada,
con tu fuerza y la mía
Nada de esto, nunca, termina.
Bendita la vida que te da y te quita,
Bendita, abriendo puertas
Cuando otras, cerradas están,
sin poder, ya, nunca abrirlas.
Muy bonito
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias por participar y conectar con el sentir de lo que escribo
ResponderEliminarMuchas Gracias
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