Tengo el silencio
por compañero,
Tu recuerdo,
sostenido en el tiempo,
lo malo, lo bueno…
lo que pudo ser,
y lo que fue cierto.
Tengo mi corazón señero,
A lo que me enseñaste, atento
En una vida llena de intentos.
Aquí, allá… fuera y dentro.
Ya no suenan campanillas
Ya pasó todo lo bueno,
Y allá en lo alto de tu cielo,
Serás el amo de lo eterno.
Por ti, en mi triste pensamiento,
Dulce, delicado y aún tierno.
Por ti, por lo que de ti tengo,
por esta ausencia fría,
Y por todo lo que se lleva,
Quien se va lejos,
sin poder poner,
esperas ni peros.
Hacia ti y tu nuevo cielo:
Un beso.
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