Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 7 de marzo de 2022

UNA COMETA SOLIDARIA

  

Muchas veces no queda más remedio que mirar desde arriba. Sin duda, es mejor que rendirse. Desde allí, en lo alto, todo se ve más claro, tal vez más crudo y sobre todo, más real.

 

 Empiezas a comprender, a asumir y a aceptar. Y lo más serenamente posible, pones las ideas en orden y los sentimientos en alerta roja.

 

La vida no es lineal. Es ineludiblemente cíclica y las crisis, la intolerancia o la maldad vuelven siempre.

 

¿Qué podemos hacer?. Muchas veces viajar hacia dentro porque fuera todo está destruido. 

 

Cambiamos de posición, remontamos el dolor, sorteamos las dificultades y no volvemos al punto de partida, sino a un lugar desde el que lanzarnos alto.

 

Todo lo que afecta a otros humanos debe calarnos hasta lo más profundo de nuestro corazón. Es como si una parte de nosotros mismos, sufriese. 

 

La humanidad está involucionando una vez más. No comprendemos cómo en estos momentos, vivimos escenarios propios de la Edad Media, con peores instrumentos a nuestro alcance para destruirnos.

 

El ser humano ha sofisticado su manera de hacer el mal. Estúpidamente, la especie va contra sí misma.

 

Para quienes nunca han existido líneas rojas todo es terreno llano para conquistar.

 

 

 

 La mente perturbada, el comportamiento psicopático, la falta de empatía y el vacío del alma de unos pocos, domina el mundo.

 

Otra vez, tenemos que recoger velas. Otra vez, tenemos que resguardarnos de a tiranía y el abuso. Otra vez, la sangre de la especie humana es la que escribe la historia; una historia, con un relato que, por desgracia, no ha pasado de moda: el mal se impone de nuevo.

 

Subamos alto. Icemos la cometa del valor y la esperanza. Unamos fuerzas. Mantengamos los corazones unidos ante quienes, una y otra vez, mantienen vivo lo peor de la mente humana y sus actos.




 

Por suerte, no son muchos, pero sí lo suficientemente poderosos para querer silenciar al resto como si nadie, como si nunca, como si nada estuviera pasando.

 

Sigamos unidos. No hay mejor victoria.

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