Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 10 de enero de 2022

LOS RINCONES DE LA VIDA

 Todo lugar habitado tiene rincones. Una casa, un cuarto, un almacén, un armario…y, por supuesto, tal vez más que nada, la propia vida.

 

Lugares en donde vamos acumulando lo perdido, lo inutilizado, lo añorado, lo no conseguido, lo viejo, lo soñado, lo sufrido, lo batallado, lo que amargó o aquello que pareció un salvavidas y que se deshinchó antes de cumplir su misión.

 

Es importante buscar en ellos. Hacer limpieza. Recolocar lo utilizable y desechar lo que nunca más volverá a sernos fiel.

 

Si de ve en cuando hiciésemos una visita a esos rincones olvidados a los que no queremos volver, hallaríamos preciosos tesoros que se han hecho valiosos con el silencio, con el tiempo de distancia, con el sosiego, con la tenue luz que alumbró su estancia. Y entonces, podríamos rescatar lo mejor de ellos. Dejar limpia la escena y volver gloriosos a nuestra vida diaria.

 

Lo peor es no querer verlos. No pasar por allí. Dar rodeos y evitar su existencia. Temer que el polvo haya ensuciado lo poco que quedaba de su bondad y estar seguros de que forman parte de una suciedad en nuestra mente con la que no queremos mancharnos.





 

Es bueno regresar al pasado para sanarlo. Y sobre todo lo es cuando tu ojos ya no miran de la misma forma. Cuando lo que viste no es lo que ves. Cuando te sientes capaz de trascender los horrores que aguardan en secreto y de recuperar, ante todo, lo que quedó de ti en ellos.

 

No dejes trocitos de corazón entre la ponzoña. Limpia y airea el espacio. Te sentirás libre en la amplitud de un corazón sencillo sin rincones oscuros a los que no poder mirar.

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