Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 13 de diciembre de 2021

ILUSIONES CONGELADAS


Necesitamos tener ilusiones. A veces, demasiado instalados en las rutinas, no las encontramos por ningún lado. Entonces, ponemos los ojos en quienes parecen amables, nos sonríen y llegan a ser cariñosos con nosotros.

 

Que alguien te escuche puede convertirse en el acto más erótico de nuestro universo.


No estamos acostumbrados a la amabilidad. Vamos muy deprisa. Las horas en casa son siempre idénticas. Innovamos poco y nos preocupamos mucho de lo que no depende de nuestro control. Así pasamos la vida. Tensos, agotados por la falta de ilusión y desastrosamente arrastrados por el desconcierto del pensamiento concentrado en un futuro siempre incierto.

 



Por eso, los primeros ojos que nos miren con interés, los oídos que estén atentos a nuestras palabras o las sonrisas que pongan un lazo a nuestras conversaciones son los que se llevarán el premio de nuestra ilusión.

 

Hay personas que nos hacen crecer, en cuya presencia somos otros sin pretenderlo, ante las cuales, sin duda, mejoras.

 

Sería muy enriquecedor que estas personas pudiesen hacer de espejo y tomásemos de ellas el brillo que proyectan para hacerlo de igual modo. Entonces, lograríamos crear una cadena de entusiasmos, de actitudes abiertas a lo mejor y sobre todo, podríamos encontrar dentro lo que tanto buscamos fuera.

 

Si congelamos las ilusiones solo encontraremos frío. Un frío inexplicable que puede proceder incluso de la infancia. Una sensación gélida de no encajar en ningún lado o de no encontrar tu lugar en ningún otro.

 

No solo es necesario estar acompañado físicamente. Necesitamos una simbiosis de buenos sentimientos que comiencen por coincidir amablemente con los desconocidos más cercanos. 

 

Así no habrá territorios desérticos, ni corazones vacíos.

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