Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 6 de julio de 2021

DEL CAOS AL ORDEN

 

Hay personas instaladas en el caos permanentemente. No conocen otra cosa y para ellas el caos es su orden. En estos casos, el equilibrio se interpreta como un abismo, como una profunda sima de la cual nadie los puede librar si no vuelven a su desorden distorsionado pero conocido.

Otras, viven en un excesivo orden en el cual, nada puede descolorarse según sus patrones de seguridad en la perfección. Para éstas, cualquier pequeña modificación en sus programaciones diarias de vida, es una amenaza.


 

Algo tiene de atractivo el caos. Si hemos caído en él, nos daremos cuenta de que se trata de una fuerza centrípeta que todo lo lleva a su centro y que, rápidamente, te da la suficiente adrenalina como para seguir queriendo más. Es como si salirnos de la vida rutinaria supusiese un plus de aliciente vital; algo no conseguible de otra forma. Una forma de instalarnos fuera de la cotidianeidad que parece salvarnos. Sin embrago, la factura del caos es grande para quienes solo hayan probado sus mieles, pero no estén acostumbrados a sus brasas.

Nos gusta, a veces, sentirnos descolocados. Un nuevo trabajo, una nueva ciudad, un nuevo amor, nuevos amigos…un nuevo escenario que convierte en un reto la rutina de la vida, al instante.

Si esas novedades vienen salpicadas de locura, de transgresión y de ruptura de la normalidad, entonces algo muy fuerte parece atraparnos. El regreso al orden será duro y difícil, pero necesario. Porque si todo lo que comienza termina, todo lo que se descoloca tiende a volver a su posición original pero a veces con  las arrugas y las deformidades que ha supuesto el paso por el tornado que todo lo ha distorsionado en tu cabeza. Esto supone no volver a encajar del mismo modo en la vida de antes, haber cambiado y tener que reconstruirnos con medidas nuevas.

Todos pasamos por pequeños caos internos, muchas veces; moldeables, interesantes para avanzar. Esos son de otro tipo.

Si has pasado del gran caos al orden entenderás estas reflexiones. Si estás a punto de entrar en un caos, que se presenta dulce e inmenso, te servirán para saber lo que te espera. Si vives permanentemente en el caos, no te servirán de nada porque el “otro” estado nunca será tu hogar, ni añorarás su vuelta.

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