Todos
tenemos miedo alguna vez o de algo. Las personas que dicen no tener miedo
demuestran una actitud patológica o al menos una especie de falsa anestesia en
su sensibilidad que no es normal.
Si
el miedo nos invade continuamente tampoco es saludable y pronto nos
encontraremos con una personalidad plagada de angustia e instalada en la
inmovilidad.
Si
sabemos manejar nuestros miedos, entonces seremos capaces de sobrevivir a ellos
e incluso de disponerlos a nuestro favor, por extraño que parezca.
Hay
que analizar la naturaleza del miedo. . ¿Por qué tengo miedo?¿Cuál es la
causa?.
Se
trata de observar el estado de miedo o de pánico que se está produciendo en ti.
Limítate a observarlo. Luego salta a su interior. El miedo reúne un montón de
intensa energía ( “Sonríe al miedo”. Despierta tu valentía interior.- Chögyam
Trungpa. Pág. 122), si lo haces lo siguiente que experimentarás es una
sensación de que aquello se desinfla absolutamente…sientes como si hubieras
pinchado un globo…hay una súbita frialdad. Puedes sentir una sensación
continuada de aislamiento e incertidumbre que es el sobrante del miedo, pero,
no obstante, la cualidad del miedo intenso empieza a apaciguarse y tu miedo se
convertirá en algo razonable y manejable. No tenemos por qué considerarnos
atrapados en él. En este sentido, somos libres.
Cuando
comprendes tu miedo ya has salido al otro lado. Entrar en tu m iedo es como
atravesar la niebla. La clave está en si contemplas lo que experimentas como
algo real o, por lo contrario…como un entrampamiento mortal.
Si
eres capaz de unir miedo e incertidumbre con una confianza auténtica, entonces
pasarás al otro lado.
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