Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 16 de octubre de 2018

¿CONOCES A PERSONAS ASI?¿TAL VEZ TÚ MISMO/A?



Todos conocemos a personas que no callan. Que quieren solamente demostrar lo que saben. Que de la conversación hacen un pretexto para exhibir lo que conocen o lo que ni tan siquiera llegan a conocer.
Son personas insufribles. Llenas de sí mismas y muy poco receptivas a las nuevas ideas y aprendizajes del entorno.




          La erudición nunca es lo mismo que la sabiduría. La primera se refiere a datos, a contenidos, a saberes cuantitativos. La segunda nos habla de cualidad y calidad. De aprendizajes vivenciados y de prácticas y experiencias
Que dejan tras de sí un poso de utilidades que unen la razón y el corazón.

Veamos este breve cuento alusivo a ello.

De las personas que llevan la erudición por bandera solemos alejarnos solos; lo peor es si nos reconocemos como tales, porque huir de nosotros mismos es imposible. Tal vez nos quede poder reflexionar y ubicar nuestra forma de ser en una u otra orilla del conocimiento.


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“En cierta ocasión, un hombre de gran erudición, fue a visitar a un anciano que estaba considerado como un sabio. Llevaba la intención de declararse discípulo suyo y aprender de su conocimiento. Cuando llegó a su presencia, manifestó sus pretensiones pero no pudo evitar el dejar constancia de su condición de erudito, opinando y sentenciando sobre cualquier tema a la menor ocasión que tenía oportunidad.

En un momento de la visita, el sabio lo invitó a tomar una taza de té. El erudito aceptó, aprovechando para hacer un breve discurso sobre los beneficios del té, sus distintas clases, métodos de cultivo y producción. Cuando la humeante tetera llegó a la mesa, el sabio empezó a servir el té sobre la taza de su invitado. Inmediatamente, la taza comenzó a rebosar, pero el sabio continuaba vertiendo té impasiblemente, derramándose ya el líquido sobre el suelo.

-¿Qué haces insensato? -clamó el erudito-. ¿No ves que la taza ya está llena?

-Ilustro esta situación -contestó el sabio-. Tú, al igual que la taza, estás ya lleno de tus propias creencias y opiniones. ¿De qué te serviría que yo tratara de enseñarte nada?”

1 comentario:

  1. ay espero nunca llegar a ser asi... jajaja, aunque en una epoca me porte asi, y me di cuenta lo feo que es, espero haber mejorado..jajaja...se lucen mis angelitas, que maravilloso mensaje de reflexion, abrazos se cuidan mucho!

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