Domingo
anterior (…)
.-
Has metido mi pantalón en esa bolsa.- El niño señalaba sus efectos enredados
dentro de ella.- Y en él hay algo que se le cayó a tu amigo.- Con rapidez el
doctor procedió a revisar el pantalón. Al encontrar el pen driver se heló su
sangre. En un segundo vio como su secreto dependía de un niño desconocido. Se
dio cuenta de cómo, también, la suerte jugaba a su favor y agradeció
inmensamente la presencia de aquel pequeño que le salvaba la vida.
Tomó
aquel pequeño objeto en sus manos y lo apretó delicadamente cerrando los ojos.
.-¡Gracias
Liu!. No sabes lo que supone esto para mí. No sé cómo podré agradecértelo.
.-Bueno,
tal vez sí puedas.- El desconcierto de Owen era cada vez mayor.
.-
Tú me dirás. Haré cualquier cosa por ti.
.-
Me gusta tu flequillo.- Y diciendo esto sonrió en señal de complicidad.- La
puerta se abrió con agitación.
.-
¡Liu! Cariño mío qué te ha pasado.!.- Su madre visiblemente afectada entraba
con rapidez para abrazarle.
Owen
se apartó sigilosamente para iniciar su retirada. Cerca de la puerta de salida
ya oyó decir a aquella mujer:
.-
¡Oiga!, ¿quién es usted?¿Por qué está con mi hijo? (…)
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Relato
Domingo 30_08_2015
Owen
quedó paralizado sin poder dar un paso adelante. Volvió su cabeza y descubrió
en ese momento una bellísima mujer oriental que le miraba tan asombrada como
perpleja sin poder determinar quién era él y que hacía en aquel lugar.
Swa
comenzó a cambiar su forma de mirar a aquel extraño que iba a salir de la
habitación.
Era
una mujer de inteligencia práctica. Tan hermosa como sutil. Sus delicados
movimientos le hacían parecer casi lenta.
Los
ojos de ambos reposaron en el otro lentamente. Owen pudo comprobar como aquella
expresión dulce y serena de la madre de Liu le habían hecho olvidar la dramática
historia que le había llevado a aquel lugar.
Tardó
en responder. No podía reaccionar. La imagen que contemplaba le había sacudido
en lo más profundo de su ser.
Una
cálida voz le sacaba de aquel estado de parálisis en el cual se encontraba.
.-
Gracias por acompañar a mi hijo. No sé cómo se llama usted ni quien es pero de
cualquier forma le estoy muy agradecida.- Mientras decía esto, Swa caminaba
hacia Owen extendiendo su mano.
.-Ejemm…-aclarando
su voz el doctor se dispuso a explicar aquella insólita circunstancia.
.-Su
hijo es muy valiente señora…
.-
Yolain Swa. – Ladeó la cabeza en señal de interrogación.- ¿Valiente dice
usted?.
.-
Es una larga historia en la que, posiblemente, Liu me pueda ayudar.-El niño se
sentó sobre la cama.
.-Mami
yo te lo contaré.- Owen escuchó con tanta atención como Swa. Cuando el pequeño
terminó procedió con rapidez.
.-Señora
Swa necesito agradecer de alguna forma este gesto tan bondadoso y altruista de
Liu.
.-Debería
estar enfadada. No has debido hacer esto.- le dijo a su hijo en tono más grave.
Si se descubre este engaño podemos tener problemas.
.-
Nadie sabrá nada.-apostilló el siquiatra con tono firme. Me encargaré
personalmente de que les lleven a casa.
.-Está
bien. Procuraré olvidar todo esto.
.-
Insisto en compensar de algún modo estos inconvenientes.
.-
No es necesario. Ha sido mi hijo quien ha organizado todo esto. ¿Su amigo está
bien?.- Este aparente acercamiento de la mujer agradó a Owen.
.-
No. Está grave.- En ese momento, la imagen jovial y divertida de Marco inundó
su mente. No pudo reprimir que sus ojos se llenasen de lágrimas.
.-Cuanto
lo siento. No sé que puedo hacer.
.-Tal
vez estar conmigo esta noche. Me quedaré para ver como evoluciona. Y si soy
sincero…me siento muy solo.- La mujer sintió una lástima desmedida por aquel
hombre que tras su fuerte figura parecía tan frágil.
.-Estaremos
juntos. No se preocupe. Creo que Liu está viviendo su mejor aventura.- El niño
que tenía la cabeza bajo las sábanas, asomó sonriendo a aquel hombre tan desvalido.
De
pronto se abrió la puerta de la habitación. Una enfermera azarada reclamaba a
Owen.
.-Señor
¡! Su amigo…! Venga, rápidamente!.- El doctor salió de inmediato. La madre de
Liu le siguió sobresaltada.- Mientras caminaban por aquellos largos pasillos,
las lágrimas rodaban atropelladas por las mejillas del médico esperando un
desenlace fatal. La enfermera volvió su mirada hacia él.
.-
Solamente repite su nombre. No podemos entenderle nada más. Estamos seguros de
que algo quiere comunicarnos pero nadie le entiende.- Owen y Swa se mantenían
callados tras de aquella mujer que les llevaba hasta el fondo de la planta.
Se
detuvo frente a una habitación apartada. Abrió lentamente. Al fondo, Marco
repetía el nombre de Owen con una respiración entrecortada. El doctor se
apresuró para estar cerca de su agonizante amigo.
Al
llegar a su altura, le tomó la mano mientras se agachó para decirle muy
despacio al oído.
.-
Estoy aquí mi querido amigo. Estoy aquí. No tengas miedo. No va a pasarte nada.
He visto muchos pacientes a lo largo de mi vida. Tú aún estarás mucho tiempo
aquí.
.-
Owen, Owen…-El siquiatra apretó la mano de su amigo. Le miró fijamente a los
ojos y trató de trasladar hasta su corazón el mejor sentimiento de amor que
tenía dentro.
.-Marco…descansa.
Yo estaré contigo todo el tiempo.
Y
diciendo esto (…)
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