Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 19 de marzo de 2013

LA OPORTUNIDADES DE LAS CRISIS



Las crisis nunca llegan solas. Traen consigo desgracia tras desgracia. Tantas y tan seguidas que se hunden hasta el fondo de lo posible para continuar descendiendo. Sin embargo, ante este panorama generalizado de caos que parece afectar a todo, se impone la capacidad creativa del ser humano. Su fuerza de voluntad por no perecer en el torbellino que todo lo arrebata y esa inmensa voluntad de regenerarse que hace posible que los ciclos continúen.
         Estoy convencida de que todo en la vida es cíclico. Se trata de etapas que se suceden sucesivamente. De ondas que se distribuyen en una línea continua. De cimas y simas que se alternan entre el pánico al descenso y la agonía de la escalada. Un tiovivo siempre en funcionamiento que nos permite suponer los pasos que debemos dar en la siguiente caminata.
         Esto se puede llevar a cualquier terreno de nuestra vida. Los afectos, los amores, los sentimientos y las relaciones también se ven afectadas por estos altibajos en los que podemos pasar de la cima a la falda de la montaña en escaso tiempo.
         Lo mejor de las crisis es salir de ellas. Son auténticos retos que nos ponen a prueba y nos permiten demostrar nuestra inteligencia múltiple. Es más, estaría dispuesta a afirmar que todos tenemos una inteligencia polifacética, multicolor y multifuncional. Un razonamiento que podría dirigirse por diversos trayectos antes de alcanzar el objetivo final. Y que, incluso, de esa versatilidad pueden derivarse opciones diferentes que modifiquen las metas definitivas.
         Todos somos muy válidos pero a veces no hemos tenido la oportunidad de demostrarlo, ni al mundo ni a nosotros mismos. Y las oportunidades no siempre llegan con un lazo de regalo. En ocasiones un fracaso es solo una oportunidad de mejora y una desgracia puede llevar añadida un beneficio…que posiblemente uno no ve inmediatamente, pero a lo largo del tiempo, volviendo la vista atrás podemos percibir.
         Por desesperada que parezca la situación, por suerte o por desgracia todo pasa. Y cuando uno toca fondo, entonces solo hay un camino, el de subida.
         Nada es tan grave que no pueda resolverse, pero de cualquier forma, si no lo hacemos nosotros, la propia vida lo hará.

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