Estamos a punto de terminar un ciclo, un tiempo que se esfuma y que ha supuesto todo un año, el último, de la vida que tenemos.
Siempre
que llegan estas fechas parece que estamos obligados a hacer balance. En
realidad, lo deberíamos hacer cada día, o mejor aún, cada noche. El momento de
encontrarnos con nosotros a solas debería ser, posiblemente, el más esperado,
el más fructífero y el más temido, al mismo tiempo. Ponernos enfrente de
nosotros mismos nunca es fácil. Ni cuando el recuento es de un tiempo largo, ni
cuando es del instante anterior. A veces nos duele comprobar que nos
equivocamos, que a pesar de las buenas intenciones hacemos daño o que
simplemente las consecuencias de acciones impulsivas o poco reflexionadas
acarrean problemas, a nosotros y a los demás, que pudieron evitarse.
Confesarnos
con nosotros mismos es un ejercicio catártico, que nos libera y que nos sana al
mismo tiempo.
El
final del año es un momento idóneo para tratar de mejorarnos en aquello que
seamos capaces de reconocernos. Un ejercicio excelente es pensar en aquello que
los demás nos han hecho y no nos gusta. Reflexionar sobre ello debería suponer
todo un interrogatorio personal al que deberíamos estar obligados a contestar
de cualquier forma. Sobre todo, analizar qué parte de culpa o compromiso
podemos tomar en lo que creemos que nos han dañado porque tal vez encontremos
la respuesta a muchas actitudes ajenas y propias que no comprendamos.
Todo lo que sucede en la vida está
encadenado. Nos hay sucesos aislados. Todo pasa por algo o para algo y nuestra
conducta tiene consecuencias que afectan a otros, tal y como los resultados y
reacciones los de los de al lado también nos condiciona. Por eso, pensar que
somos geniales, que lo hacemos todo bien, que no tenemos fallos y que nunca nos
equivocamos es tan estúpido como ineficaz.
Con
una actitud semejante nunca podremos entender que la vida nos pone a prueba muchas
veces durante el tiempo que vivimos y que son esas pruebas precisamente, la que
nos dan la medida de lo que valemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario