Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 30 de agosto de 2011

LA BONDAD EN TIEMPOS DIFÍCILES

El eterno dilema sobre si el ser humano nace malo o se hace a lo largo de su vida, vuelve a plantearse con fuerza en estos momentos difíciles. No parece que los buenos sean los que ganan. Los listos y rápidos en argucias, los hábiles en tretas y en componendas, los que saben manipular y llevar a su terreno lo indecente parecen triunfar. La sociedad, con muchos de estos granujas a su frente en puestos responsables para la gestión de la vida diaria, parece demostrar que la bondad está de más. Estamos en un momento de crisis, pero no solamente económica, que aunque tenga consecuencias nefastas son menos devastadoras que los conflictos y carencias que se están operando en el alma de una gran mayoría cuyo triunfo está llegando a su fin. Todas las épocas históricas se desarrollan cíclicamente. Un momento de esplendor es seguido de otro de depresión al que nuevamente se suma un relanzamiento de los valores para culminar otra vez en el punto más alto de la cima. Posiblemente estemos tocando techo pero desgraciadamente no en la montaña de la excelencia y el buen hacer, sino en la del desatino y la incongruencia.  Ser bueno no está de moda y cuando nos encontramos a alguien que derrocha bondad pareciese que estamos frente a un ente extraño al que tildamos rápidamente de tonto por no seguir el juego indecente de los que pareciendo darlo todo por los demás solo se importan a sí mismos.
Aún así, aún yendo en contra de corriente y actuando apartados de los cánones deshonestos de muchos de los que deberían dar ejemplo, hemos de optar por la bondad, porque nunca dejará de ser lo mejor que nos pueda pasar y sobre todo porque no hay nada que iguale a una persona que lo da todo de sí misma, que está siempre disponible, que es sensible ante el dolor ajeno e incapaz de actuar en contra de nadie para beneficiarse personalmente. Y sobre todo porque no hay nada más bello que mirar a los ojos a una persona limpia de corazón en la que sabemos que siempre siempre…podemos confiar.

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