Cuando nos acostumbramos a mentir, la
mentira se hace tan amiga nuestra que nos olvidamos que es pura ficción. La abrazamos
sin rozarla, la mezclamos con la verdad disfrazada de silencio, la llenamos de
equívocos y ausencias, la vestimos de lamentos y disculpas.
Una verdad a medias nunca es una
verdad. Lo que callamos se convierte en enemigo de lo que enseñamos y al final
gana la batalla por pequeño que sea.
A veces uno vive en la mentira
continua. La usa como moneda de cambio y se lleva por delante lo más digno de
la persona que está escuchando.
Es fácil mentir al que te ama. En
realidad, el que te ama se lo cree todo porque cree en ti. No tiene mérito creernos
más listos por escurrirnos mejor. Podemos pensar que dominamos todas las
situaciones, que controlamos el aquí y el allá, que somos capaces de mantener
contentos a unos y a otros y eso es siempre imposible.
Posiblemente haya lectores que piensen
que existen distintos tipos de mentiras…como si pudiésemos catalogarlas en
orden de importancia y trascendencia; pero no. La mentira siempre es mentira.
Pequeña o grande. Trascendente o intrascendente. Y desde luego, nunca es
piadosa. La piedad es otra cosa y nada tiene que ver con la ausencia de la
verdad.
Cuando nos enfrentamos a un caso donde
la humanidad debe primar sobre la agresión de la información, entonces podemos
recubrir la sinceridad de dulces ropajes translúcidos que permitan a la persona
seguir creyendo en la vida. En cualquier caso, siempre que la verdad que se
encubre se refiera a la persona misma que lo recibe.
En el resto de los casos, mentir
siempre nos envilece. Aunque creamos que hay fines que justifican los medios,
casi nunca es así.
Muchas veces no somos valientes para
enfrentar las verdades que más pueden doler y las que más nos comprometen.
Preferimos seguir ofreciendo humo de colores a quienes creen ver un arco iris
en nuestros ojos.
Qué pena deberíamos sentir, que vergüenza
de nosotros mismos cuando quienes nos cogen la mano confiados en nuestras
verdades dejaría matarse por nosotros.
Tal vez, alguna vez aprendamos. Antes
nos tiene que doler aún, muchas veces más.
Y Siembargo...JOAQUIN SABINA
http://www.youtube.com/watch?v=LYPTEtiHJUQ
Y Siembargo...JOAQUIN SABINA
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