“Al que pida se le dará, dice la palabra.
No obstante, a veces nos pareciera que eso no fuera verdad, porque muchas veces
pedimos sin tener la respuesta que necesitamos en el tiempo que estimamos.
Uno de los inconvenientes para recibir lo
que pedimos se encuentra en que lo hacemos de una manera dividida. Mientras una
parte de nosotros desea cierta circunstancia, otra buena parte de nosotros se
resiste a ello sin que nos demos cuenta de esa división. Cuando sucede esto,
podemos comprender que esa resistencia a Ser o Tener esa cierta cosa, se
encuentra originada en el subconsciente.
La contradicción entre pedir algo y al
mismo tiempo negarse a recibirlo, solo puede deberse a una división interior no
consciente. Así, nos parece que el cielo no escucha nuestras solicitudes y no
entendemos qué es lo que sucede. Cuando estamos alineados a recibir, las cosas
llegan incluso antes de haberlas solicitado.
Si no hiciéramos resistencia a recibir, el
solo hecho de pensar, haría que lo pensado se manifestase rápidamente en
nuestra realidad.
Cuando has pedido sin haber recibido en un
cierto periodo de tiempo, puedes pensar en esto. Si el cielo provee incluso
antes de haber elevado una oración, el problema no debe corresponder al cielo,
sino a tu adecuada alineación para recibir.
¿Estás pidiendo mejoras de salud o de tu
condición económica? Y ¿llevas mucho tiempo elevando tu solicitud?
Imagina que el pedido está listo, embalado
y puesto frente a tu casa, pero que no quieres abrir la puerta, porque tienes
alguna razón que te lo impide. Quizás no creas que haya sido despachado tan
rápidamente, quizás no crees que es para ti o tal vez temes que se trate de un
mal entendido y que luego te desilusiones. Observa esas razones que se oponen a
la recepción feliz de tan preciado regalo.
Es suficiente con pedir una sola vez y el
resto solo corresponde a tu alineación, a tu nivel de merecimiento, a tu
apertura a recibir. El problema no se encuentra en el despacho de tan preciada
mercancía, sino en el destinatario que se niega a recibir”.
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Un ingrediente clave a la hora de pedir es la "fe": el pescador de Nazareth nos dió la pauta.
ResponderEliminarY sin condiciones.
ResponderEliminarEl Marqués
Sin dudas, estimado Marqués! La fe es la única que salva!***
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