Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 18 de agosto de 2014

EL DESAFÍO



Es imprescindible un poco de lucha. Las tormentas con sus truenos, relámpagos y tristezas, nos enriquecen tanto como la felicidad y la alegría.

Oí una parábola antigua. Y debe ser muy antigua porque en aquellos días Dios acostumbraba a vivir en la tierra.

Un día un viejo campesino fue a verle y le dijo: ―Mira, tú debes ser Dios y debes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: No eres un campesino, no conoces ni siquiera el ABC de la agricultura. Tienes algo que aprender.
Dios dijo: ―¿Cuál es tu consejo?

El granjero dijo: Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo quiero y veamos qué pasa. La pobreza no existirá más.
Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente pidió lo mejor y solo lo mejor: ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano.

Todo confortable, cómodo y él era muy feliz. El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol, había sol; cuando quería lluvia, había tanta lluvia como hiciera falta. Este año todo fue perfecto, matemáticamente perfecto.

El trigo crecía tan alto….que el granjero fue a ver a Dios y le dijo:¡Mira! esta vez tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en diez años, aún así tendremos comida suficiente. Pero cuando se recogieron los granos estaban vacíos. El granjero se sorprendió. Le preguntó a Dios :¿Qué pasó, qué error hubo?.

Dios dijo: Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tú evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió impotente.

Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo. La noche es tan necesaria como el día y los días de tristeza son tan esenciales como los días de felicidad. A esto se le llama entendimiento.

Entendiendo este secreto descubrirás cuán grande es la belleza de la vida, cuanta riqueza llueve sobre tí en todo momento, dejando de sentirte miserable porque las cosas no van de acuerdo con tus deseos.

 La sabiduría, no ser inteligente ni ser listo, sino sabio. Es justamente aquello que nos explica el cuento budista de "El desafío". Muchas veces nos creemos el centro del universo, y creemos que las cosas suceden por nosotros... entonces, si los acontecimientos son desfavorables, nos sentimos desgraciados y si pasa al contrario, afortunados. 

La naturaleza tiene su propia sabiduría, algunas cosas necesitan su tiempo, y a medida que entendemos esto, más sabios nos hacemos.

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