Abordamos
hoy la segunda parte del contenido del libro. Si alguien está interesado puede
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¡Feliz
lectura!
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3.TU NO NECESITAS LA APROBACION DE LOS DEMAS
La búsqueda de la aprobación de los demás es un
impedimento para el desarrollo personal cuando llega al punto de convertirse en
una necesidad. Uno puede desear la aprobación de los demás, y esto no es un mal
en sí mismo. Cuando necesitamos que cada uno de nuestros actos o cada uno de
nuestros pensamientos, sea bien recibido por una o más personas, estamos
poniendo nuestra vida en manos de esas otras personas.
La búsqueda de aprobación implica la pérdida de la
verdad: los otros no te hablarán con franqueza cuando perciban esa necesidad, y
tú sacrificarás tu propia opinión para adaptarte a las opiniones de los otros.
La sociedad ejerce una constante presión sobre sus
miembros para que éstos no piensen por sí mismos y, por el contrario, adopten
los puntos de vista socialmente aceptables en detrimento de los propios. La
presión para que la persona no piense por sí misma comienza en la familia y
continúa en la escuela. Son muchos los padres que, en vez de estimular el
comportamiento independiente de sus hijos, procuran por todas maneras (algunas
de ellas muy disimuladas) que no se aparten ni un ápice de la manera en que se
les dice que deben comportarse. El sistema escolar tradicional premia y
promueve a aquellos alumnos que siguen al pie de la letra las indicaciones que
se les dan.
No necesitas contar con la aprobación de los demás
para todo lo que haces, y hasta es imposible que consigas tenerla. Piensa
solamente que por cada persona a la que consigues agradar, habrá seguramente
otra a la que le desagradas. ¿Cómo puedes entonces estar seguro si tu única
guía es la opinión de los demás?
Existe una diversidad de comportamientos que son
síntomas de una necesidad exagerada de aprobación. Cuando para no disgustar a
otra persona te encuentras cambiando algo que has dicho, o cuando te hallas
haciendo algo que no te gusta, por no tener el valor de decir “no” a alguien,
deberías pensar que estás yendo en contra de tu propia individualidad por hacer
caso a los demás.
Como en el caso de la falta de autoestima, existen
dividendos neuróticos a ser ganados cuando se busca la aprobación de los demás:
se trata principalmente de no asumir la responsabilidad de la propia vida y
eludir la posibilidad de cualquier riesgo.
4.LA RUPTURA CON EL PASADO
Cuando tienes una respuesta predefinida para explicar
porqué no puedes hacer algo, deberías examinar esa respuesta para ver si
realmente se ajusta a la realidad. Mucha gente, cuando se le pregunta porqué no
puede hacer algo o porqué no puede dejar de hacer algo, contesta algo semejante
a: “Oh, así soy yo, siempre he sido así, realmente no puedo evitarlo, es mi
carácter”.
Esto puede ser verdad o no, pero lo seguro es que,
pensando de esa manera, esa persona nunca podrá cambiar.
Muchas veces esas etiquetas que nos definen no son el
producto de un verdadero análisis, sino que nos fueron inculcadas por otra
persona en una época en que no podíamos defendernos. Si ése es tu caso,
tendrías que revisar tu definición de ti mismo, para ver si coincide con tu realidad
actual.
Otras personas utilizan las etiquetas que se han
puesto o que les han impuesto, para evitar hacer cosas que le desagradan.
Deberían sincerarse y reconocer los verdaderos motivos por los que se niegan a
hacer algo.
Existe una cantidad de variantes del “Yo soy…” que nos
permiten no tener que esforzarnos, no correr riesgos de enfrentar situaciones
desagradables, continuar como estamos sin hacer nada para mejorarnos,
justificar nuestros comportamientos indeseables, y seguir haciendo lo mismo de
siempre sin intentar nada nuevo.
Las definiciones que te aplicas sirven para perpetuar
el comportamiento que las provocó, porque, si por definición eres así como
eres, nunca podrías cambiar y nunca podrás demostrar que eres de otra manera.
La naturaleza de las personas, su forma de ser, no son
invariables. Hasta cierto punto, todos elegimos ser como somos. Si lo que hemos
elegido no nos conviene por un motivo u otro, siempre estamos a tiempo para
cambiarlo.
Si eres un estudiante, tu propia definición de ser
malo para tal o cual materia ocasionará que te cueste más esfuerzo aprenderla.
Cualquier persona puede usar su definición de ser malo para cualquier cosa,
como una excusa para no hacer lo que esté a su alcance aunque esto no sea lo
máximo que se pueda hacer.
5.LAS EMOCIONES INUTILES CULPABILIDAD Y PREOCUPACION
El remordimiento por lo pasado y el miedo a lo
porvenir son dos emociones que nos permiten estar ocupados en el presente, pero
que no solucionan nada de lo ocurrido ni impiden que ocurra aquello que
tememos.
Tanto la culpa por algo pasado como la preocupación
por algo futuro, son maneras de desperdiciar el tiempo presente.
Del pasado debes extraer las lecciones que te
permitirán no cometer nuevamente las mismas equivocaciones. El simple hecho de
sentirte culpable no contribuye a solucionar un solo problema.
La culpa se nos infunde en la infancia como un medio
que tienen los padres de controlar a sus hijos. Se nos convence de que tenemos
que sentirnos culpables cuando hacemos algo que nuestros padres consideran
incorrecto. Luego, cuando adultos, adherimos a códigos de comportamiento que
nos dicen lo que está permitido hacer, y usamos la culpa como un medio de
castigarnos a nosotros mismos.
En las relaciones entre adultos, la culpa puede ser
usada por uno de los miembros de una pareja para controlar al otro. También los
niños lo suficientemente despiertos pueden dar vuelta el mecanismo de la
culpabilidad y usarlo para manipular a sus padres.
Si bien la culpa es un procedimiento socialmente
aceptado de hacer que una persona sea castigada por algo que ha hecho, también
es cierto que desperdiciar el tiempo experimentando culpa autoimpuesta le
permite a la persona deshacerse de la responsabilidad de buscar algo más útil
para hacer con su tiempo. Cuando es impuesta por otras personas, te permite
descargar en otros la tarea de determinar cómo debes sentirte.
Así como la culpa no cambia nada en el pasado, la
preocupación por sí misma no cambia nada en el futuro. Es distinto si empleas
tu tiempo en planificar tu futuro, porque esa actividad te permite prepararte
lo mejor posible para lo porvenir y te da criterios para decidir qué hacer
ahora.
Algunas personas consideran valioso preocuparse por
otras personas o que otras personas se preocupen por ellas. En realidad,
preocuparse por el cónyuge, los hijos, los padres, o quien sea, no tiene ningún
sentido si de la preocupación no surge alguna acción concreta.
6.EXPLORANDO LO CONOCIDO
La educación que nos brinda la sociedad nos enseña a
estimar la prudencia sobre la curiosidad, a preferir la seguridad antes que la
aventura. Estos mensajes comienzan con los padres y siguen con los maestros.
Pero la posibilidad de nuevas experiencias está a tu disposición si realmente
lo quieres así.
Puedes tratar de intentar hacer algo nuevo, o puedes
seguir haciendo lo mismo de siempre hasta que te entierren. Para poder cambiar
debes dejar de pensar que es mejor atenerse a lo seguro y conocido antes que
enfrentar los riesgos de lo desconocido.
La rutina es debilitante; hacer siempre lo mismo lleva
a perder interés por la vida. Puedes evitarlo haciendo de vez en cuando algo
diferente aunque no tengas ninguna razón más que introducir un poco de variedad
en tu vida.
La espontaneidad es lo opuesto a la rigidez y consiste
en salirse de vez en cuando de lo establecido y planificado para hacer algo
nada más que por el placer de hacerlo.
La gente que hace siempre lo mismo es la gente rígida
que se priva de la posibilidad de crecer. La rigidez es la base del prejuicio,
y el prejuicio es lo que nos impide aumentar nuestra experiencia manteniéndonos
siempre dentro de los límites de lo seguro y conocido.
Hacer un proyecto y guiarse por él no tiene nada de
malo, pero hay gente que no ve más allá de lo proyectado y no se anima a
enfrentar cualquier alternativa que se le presenta. Insistir siempre en
ajustarse a lo proyectado es una actitud limitadora que cierra el paso al
enriquecimiento de la persona.
La seguridad significa no correr riesgos, vivir una
existencia sin desafíos ni excitaciones. Pero esto es una ilusión porque la
seguridad material, la que depende de lo que posees o de lo que eres en la
sociedad, puede faltarte en cualquier momento. Una catástrofe ambiental o
social puede llevar a que te quedes sin nada de lo que ahora tienes más que tu
propia vida.
La única seguridad real es la que te da la confianza
en tu capacidad para salir adelante cualquiera sea la situación en que te
encuentres. Esa seguridad solamente la obtienes al salir de la rutina y
enfrentarte con nuevas actividad
7.ROMPIENDO LA BARRERAS DE LOS CONVENCIONALISMOS
No hay reglas o leyes que sean de aplicación absoluta
y universal. Los convencionalismos que la sociedad impone pueden ser o no de
aplicación para ti según lo que tú decidas.
Existe gente para la cual todo lo que sienten o lo que
les pasa es responsabilidad de los demás. Otro tipo de gente, por el contrario,
asume la responsabilidad de sus propias acciones y sentimientos. Creer en la
suerte o en el destino, implica pensar que no puedes hacer nada por modificar
tu situación.
Echar la culpa a otra persona por lo que te pasa no
servirá para que eso deje de pasar. Vivir imitando lo que otros hacen no hará
que te sientas más satisfecho contigo mismo. Tanto lo uno como lo otro implica
falta de aprecio por tu capacidad para elegir y decidir.
Nadie puede tener siempre la razón. De la misma
manera, habrá cosas que no se pueden catalogar inflexiblemente como buenas o
malas, correctas o incorrectas. Las personas son diferentes y pueden opinar de
manera diferente. Lo que tú juzgues como bueno para ti puede no ser bueno para
otro, y lo mismo ocurre en el caso inverso.
Cuando debes tomar una decisión, tienes que pensar
cuáles serán las consecuencias de decidir de una manera o de otra. Lo que
deberías evitar es juzgar los resultados como buenos o malos según un punto de
vista que no sea el tuyo.
La necesidad de hacer siempre las cosas como se deben
hacerlas, del modo que es correcto, produce una angustia constante y conduce a
la desesperación cuando no se lo ha conseguido. Aferrarse, por ejemplo, a la
etiqueta social puede ser una buena fuente de quebraderos de cabeza, que
podrían ser evitados pensando que cada uno puede decidir por su cuenta la mejor
manera de hacer las cosas si con ello no ocasiona algún perjuicio a los demás.
Atenerse a las leyes y los reglamentos ha provocado en
algunas ocasiones horribles consecuencias para la Humanidad. Por el contrario,
personas tildadas de anticonvencionales, que han osado desafiar las reglas de
la sociedad, han sido con frecuencia las que han hecho aportes significativos
al progreso de esa misma sociedad.
8.LA TRAMPA DE LA JUSTICIA
Cuando se observa cómo transcurren los acontecimientos
en el mundo se puede llegar a la conclusión de que pocas veces se aprecia
justicia en ellos. Situaciones injustas se hacen evidentes a poco que miremos a
nuestro alrededor. Esta circunstancia no debe ser usada como una justificación
para la infelicidad.
También en las relaciones personales, muchas personas
acusan a los demás de comportarse con injusticia, y utilizan esos
comportamientos como una causa para sentirse desgraciadas.
Ya sean los acontecimientos mundiales, o las maneras
en que los demás se comportan con nosotros, lo que nos afecta, no debemos dejar
que nuestro deseo de justicia se interponga con nuestra felicidad.
Cuando te comparas con los demás, cuando pretendes que
los otros tengan lo mismo que tú o se comporten igual que tú, estás dejando que
un acontecimiento externo decida sobre tu felicidad. En vez de perder tu tiempo
lamentándote de lo injustas que son las cosas, harías mejor en buscar la manera
de conseguir lo que quieres, olvidándote de lo que hace el resto del mundo.
El esquema casi general de la neurosis consiste en
preocuparse más por el comportamiento de los demás que por el propio. Por
ejemplo, la esposa espera que el marido se comporte de la misma manera que
ella; cuando ello no ocurre, se queja de injusticia y se siente infeliz.
Quejarte de que los demás tienen más o ganan más que
tú, no va a solucionar nada. Tampoco reclamar justicia porque no se comportan
igual que tú, o hacer algo porque el otro lo hizo y tú no puedes ser menos.
Harías mejor en tratar de determinar qué es lo que quieres y cómo conseguirlo
sin la intervención de los demás.
Los celos son una manera de exigirle a otra persona,
en este caso tu pareja, que se comporte de una manera determinada. Nacen de una
falta de confianza en sí mismo, lo mismo que las autoacusaciones cuando se
produce una infidelidad: la parte engañada se interroga qué ha hecho para
merecerlo.
Reprocharle a un amigo o a tu pareja que te trata de
una manera injusta al comportarse como tú no lo harías, es desconocer que las
personas son diferentes.
9.TERMINANDO CON LAS POSTERGACIONES AHORA MISMO
Si eres como la mayoría, encontrarás que existen
muchas cosas que quieres hacer y que, sin embargo, vives postergando. Si esto
te produce ansiedad, es hora de que lo soluciones.
Es frecuente escuchar frases como: “Quizá las cosas se
solucionen solas”, “Espero que las cosas vayan mejor”, y “Deseo que se arreglen
las cosas”. Los deseos y esperanzas expresados de esta manera nunca han
solucionado nada. Actitudes de este tipo solamente sirven para no entrar en
acción: las cosas no se arreglan por sí solas, a lo sumo empeoran.
Decidir hacer en el futuro algo que uno mismo ha
elegido es una manera de disimular el hecho de que no se lo está haciendo
ahora. Esto es común al tener que enfrentarse con actividades desagradables o
difíciles.
Algunas personas pasan el tiempo quejándose de lo
mucho que tienen para hacer y dejan todo para último momento. Así consiguen
justificar una tarea pobre o mediocre.
Lo que da la medida de tu valor es lo que haces y no
lo que dices. Tampoco con criticar a los demás consigues nada útil si tú mismo
no te pones a la tarea. Pero te sirve para sentirte importante y justificar tu
inacción.
Si te aburres es porque no haces nada, y es lo que
consigues cuando vacilas y postergas. Sin embargo, muchos culpan de su
aburrimiento al entorno, cuando en realidad es una opción de la persona. El
hábito de postergar las cosas no tiene el refuerzo social que tienen otros
comportamientos erróneos, sino que es completamente una elección personal.
La postergación tiene la ventaja de que te permite
evitar hacer cosas que, aunque reconoces que es necesario hacerlas, te resultan
desagradables.
Una forma de engañarse a sí mismo para no reconocer
que uno tiene miedo a cambiar o a fracasar, es prometer que uno hará algo, pero
no ahora sino en el futuro. El miedo al éxito también es una causa de
postergación, dado que la responsabilidad que trae aparejada el triunfo no es
del agrado de todos.
Conseguir que los demás nos tengan compasión, tener
compasión de uno mismo, o incluso conseguir que alguien haga nuestra tarea, son
algunas de las ventajas de postergar las cosas.
10.PROCLAMA TU INDEPENDENCIA
Es muy grande la cantidad de personas entre las que se
da una relación de dependencia mutua, principalmente entre hijos y padres, y
entre esposos. Por otra parte, esto es algo que la sociedad promueve, aunque
equivocadamente. Se nos enseña que tenemos la obligación de comportarnos de
cierta manera con determinadas personas: nuestros hijos, nuestros padres, o
nuestros esposos o esposas. Mientras que esto coincida con nuestras
inclinaciones no provoca inconvenientes, pero si nos obliga a ser de una manera
que no nos agrada y provoca resentimiento, entonces existe un problema que debe
ser solucionado.
Si te encuentras atrapado en una relación en la cual
te ves obligado a comportarte de cierta manera que no te agrada, porque sino te
ves presa de culpa o porque no te animas a prescindir de esa persona, deberías
trabajar en conseguir tu independencia psicológica.
La dependencia entre padres e hijos se da cuando los
hijos ya son adultos y sin embargo no pueden decidir libremente sobre su manera
de vivir por temor a ofender a los padres. O sino, cuando los padres sufren
porque sus hijos adultos no se ocupan de ellos con la frecuencia y del modo que
desearían.
Tanto la persona adulta que no puede vivir de la
manera que sería de su agrado, como el padre o madre que no puede prescindir de
las atenciones de sus hijos, están apresados en una nociva relación de dependencia
psicológica.
En los matrimonios también se da una dependencia
dañina cuando uno de los cónyuges vive subordinado al otro en vez de manejarse
ambos en un plano de igualdad. Aunque últimamente no es ya universal, durante
mucho tiempo imperó el concepto de que la esposa debía depender del marido para
todo, desde conseguir su alimentación hasta saber que tenía que pensar. La
mujer no podía tener actividades, ni siquiera pensamientos, que no fueran
aprobados por el marido. Esta situación no es un problema si surge de un libre
acuerdo entre las partes. En este caso, y aún en el caso inverso y menos
frecuente de la esposa que domina al marido, la persona dominada puede
considerar más llevadero depender de otra que tener el trabajo de ganarse el
sustento o decidir qué opina sobre cada asunto.
11.ADIOS A LA IRA
La ira es una reacción que se experimenta cuando algo
no sucede como esperábamos y deseábamos. Se expresa como hostilidad o agresión
contra alguien o algo. Es una reacción aprendida frente a la frustración y el
resultado es que te comportas como preferirías no hacerlo.
La ira es una manera que eliges de reaccionar. Por lo
tanto, si la ira te trae problemas, puedes aprender a reaccionar de otra
manera, y de esa forma no tendrás que preocuparte de cómo contener tu ira.
Puedes cambiar la manera en que piensas con respecto a las cosas que no son de
tu agrado, y aunque sigas sintiendo irritación o desilusión, puedes evitar la
ira.
Cuando la causa de tu ira es el comportamiento de otra
persona, debes tener en cuenta que con ira nunca vas a conseguir cambiar a los
demás, sino por el contrario inducirlos a mantener el comportamiento que no te
gusta.
Las demás personas nunca serán como tú desearías (al
menos la mayor parte del tiempo). Deberías acostumbrarte a esto y darles la
libertad de ser como prefieran. Es una tontería enojarte por algo que no puedes
cambiar, y lo único que conseguirás es que te aumente la presión, tener úlceras
o problemas cardíacos.
Puedes aprender a evitar que te afecte el
comportamiento de los demás. Una de las maneras es teniendo sentido del humor.
La risa es un excelente remedio contra la ira. Deja de tomarte la vida tan en
serio y ríete de las incongruencias de la vida humana.
La gente elige enojarse en muchas circunstancias en
las que podría evitarlo: al conducir un automóvil, al jugar a las cartas o a un
deporte como el tenis, al tener que pagar impuestos, al encontrarse con otra
persona más lenta o más desordenada, al perder algo, al golpearse, o incluso
ante sucesos por completo fuera de su control como los acontecimientos
mundiales.
Al experimentar ira, las personas pueden darle salida
de varias maneras, todas perjudiciales: agredir verbal o físicamente,
ridiculizar, golpear o romper objetos, dar pataletas de rabia o por el
contrario encerrarse en el silencio.
12.RETRATO DE UNA PERSONA QUE A ELIMINADO TODAS SUS
ZONAS ERRONEAS
Las personas que gozan de salud mental y han eliminado
sus zonas erróneas presentan una serie de caracteristicas que las hacen muy
distintas de la mayoría de las personas.
Ellas no pierden el tiempo quejándose o deseando que
las cosas sean de otra manera: aceptan lo que es tal como es. Están libres de
sentimientos de culpa, y aunque pueden reconocer sus errores y prometerse que
no los repetirán, no malgastan el tiempo arrepintiéndose por algo que hicieron.
No manipulan a los demás ni se dejan manipular
mediante el uso de la culpa por algo pasado, así como no sufren por cosas que
puedan ocurrir en el futuro y que están fuera de su control.
No se sienten amenazadas por lo desconocido y buscan
nuevas experiencias. No se quedan inactivas esperando algún lejano
acontecimiento. No se dedican a postergar las cosas que deben ser hechas y
aprecian el momento presente.
Ellas son personas independientes cuyas relaciones se
basan en el derecho que cada individuo tiene a tomar sus decisiones. No les
gusta depender de los demás, ni tampoco que los demás dependan de ellas.
No necesitan la aprobación ni el aplauso de los demás,
ya que son muy independientes de la opinión de los otros. Hacen sus propias
elecciones aunque vayan en contra de la opinión general.
Esa gente puede reírse de cosas que a otros pueden
parecer serias y no andan todo el tiempo con un semblante adusto. Pero su humor
no es hostil ni se utiliza para ridiculizar.
Se aceptan a sí mismas y al mundo tal cual son, sin
pretender que ellas o las cosas sean de otra manera. No se quejan de su aspecto
físico ni de las condiciones del tiempo.
Para ellas, un problema es algo que hay que resolver y
no una amenaza personal. Ven las cosas objetivamente. No juzgan por las
apariencias y rechazan los estereotipos.
Estas personas no son enfermizas y no andan contándole
a los demás lo mal que se sienten. Prefieren la naturaleza y no los lugares
cerrados.
Son personas honestas que contestan francamente. No se
engañan a sí mismas ni faltan a la verdad para protegerse o proteger a otros.
FUENTE: http://willy2012.wordpress.com/2010/12/05/resumen-de-capitulos-del-libro-tus-zonas-erroneas/
Excelente libro: fué mi libro de cabecera durante muchos años y creo que transformó la visión que tenía de la vida, de los demás y sobre todo de mi caracter y la forma de enfrentar la diversidad de situaciones en que nos encontramos a cada recodo del camino.
ResponderEliminarUn excelente aporte.
Saludos desde el otro lado del atlante mar.
...!
Me alegra ver que en el camino...hemos coincidido muchas veces bebiendo de las mismas fuentes...!! Saludos marineros***
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