El pasado viernes hablábamos del poder
de las metas generadoras del entusiasmo. Vamos a comenzar la semana aludiendo a
ellas de nuevo.
La infelicidad está ligada a la falta
de propósitos. Si tenemos algo por lo que luchar, los problemas se convierten
en retos a superar para alcanzar lo que deseamos obviando así los pensamientos vacíos
de positivismo, lucha y entrega a lo que nos emociona y anhelamos.
Es muy útil emplear la denominada
técnica de “La Mecedora”. Es una sencilla técnica en la cual uno se imagina que
ha llegado al final de su vida y está sentado en una mecedora pensando cómo la
vivió y los logros que consiguió en ella.
¿Qué
nos gustaría recordar?¿Qué nos hubiese gustado haber hecho? ¿Qué relaciones nos
hubiese gustado haber tenido? ¿Qué lugares visitado?...y lo más importante de
todo, ¿qué tipo de persona nos gustaría haber llegado a ser?.
Lo
mejor de todo es que esta técnica se puede realizar para periodos de tiempo
cortos y advertir, más tarde que no estamos en el último día de nuestra vida
por lo que podemos lograr aún lo que después sería solamente un lamento.
La
técnica se completa con escribir todas ellas, lo que nos hubiese gustado conseguir,
y que este listado sirva de lectura todas las mañanas cuando nos levantemos. De
forma que se conviertan en algo por lo que comenzar el día y llenarlo de entusiasmo.
También es conveniente repetir la lectura al acostarnos, antes de dormir, para
que se impriman en la mente.
Los
sueños cambian, los propósitos se modifican y las aspiraciones varían por eso
es bueno repetir esta técnica periódicamente para renovar la ilusión.
Creemos
que el confort y el lujo son requisitos para la felicidad, cuando en realidad
todo lo que se necesita para ser feliz es algo con lo que estar entusiasmado.
(Inspirado
es “Los diez secretos de la abundante felicidad” de Adam J. Jackson)
Si mi vieja mecedora hablara..cuantos sueños recordaria, la mayoría de ellos realizados y los menos por vivir y llevar a feliz término.
ResponderEliminarDefinitvamente la mecedora es una buena confidente, testigo fiel y neutral de nuestos sueños.
Los Andes suramericanos truenan y retumban, anunciando un diluvio de refrescante lluvia.
Un abrazo.
...!
!La vieja mecedora siempre regazo maternal epara neustra alma!...cuánto me gustaría que hablase y nos contase al oído todo lo que sabe de tí!***
ResponderEliminarMi vieja confidente, que cosas te diría.
ResponderEliminarde mis sueños..de mis desvarios
de mis lágrimas ...de mis suspiros hondos
de mi soledad...de mi congoja
de mi volar a la enorme lejanía..
Que no te diría?
!!!!! **** !!!!!
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