En muchas
ocasiones, la percepción de la realidad es tan diferente entre los que la
vivimos que no podremos jamás llegar a un entendimiento.
Lo que parece de una
forma, posiblemente tenga otra explicación muy distinta y las consecuencias de
una interpretación errónea puede llevarnos a pagar con mucho dolor.
La única forma de ganarle
la batalla a este procedimiento inevitable es ahondar en lo que sucede,
preguntar, investigar y cerciorarnos con nuestra correcta percepción de la realidad,
de lo que ha acontecido.
De otro modo, las
consecuencias serán fatales para todos.
Veamos cómo, a
través de este cuento, nos solemos equivocar tan fácilmente en lo que
apreciamos que actuamos errando y perjudicando siempre a otros o a nosotros
mismos.
Un jinete vio que
un escorpión venenoso se introducía por la garganta de un hombre que dormía
tumbado en el camino. El jinete bajó de su cabalgadura y con el látigo despertó
al hombre dormido a la vez que le obligaba a comer unos excrementos que había
en el suelo. Mientras, el hombre chillaba de dolor y asco:
“¿Por qué me haces esto?” “¿Qué te he hecho yo?”El jinete continuaba azotándolo y obligándole a comer los excrementos. Instantes después, aquel hombre vomitó arrojando el contenido del estómago con el escorpión incluido. Comprendiendo lo sucedido agradeció al jinete el haberle salvado la vida, y después de besarle la mano, insistió repetidamente en entregarle su humilde sortija como muestra de gratitud, al despedirse preguntó:
“Pero, ¿por qué sencillamente no me despertaste? ¿por qué razón tuviste que usar el látigo?”
“Había que actuar rápidamente” -respondió el jinete-
“Si sólo te hubiese despertado, no me habrías creído, te habrías paralizado por el miedo, o habrías escapado. Además, de modo alguno, hubiese tomado los excrementos, y el dolor de los azotes provocaba que te convulsionases, evitando que el escorpión te picara”.
Dicho lo cual, partió al galope hacia su destino.
No lejos de allí, dos hombres de una aldea vecina habían sido testigos del episodio, cuando regresaron juntos a sus paisanos, narraron lo siguiente:
“Amigos, hemos sido testigos de unos hechos muy tristes que revelan la maldad de algunos hombres. Un pobre labrador dormía plácidamente la siesta a la vera de un camino, cuando un orgulloso jinete entendió que obstaculizaba su paso, se bajó de su caballo y con el látigo comenzó a azotarlo por tan mínima falta. No contento con eso, le obligó a comer excrementos hasta vomitar, le exigió que le besara la mano y además le robó una sortija. Pero no os preocupéis, a la vuelta de un recodo hemos esperado al arrogante jinete y le hemos propinado una buena paliza por su deplorable acción”.
Ingenioso.
ResponderEliminarEs bueno recordar que ..."nadie sabe con la sed que otro bebe".
Quizá el ego-ismo, el sentirnos el centro del mundo, la "última cocacola" del desierto nos lleve a medir los actos de los demás desde nuestra ego-visión.
En la medida que entendamos y aceptemos las motivaciones de los demás y aprendamos a ser tolerantes, en esa misma medida comenzaremos a obrar con justicia y equidad.
Un saludo efectuoso desde el otro lado del atlante mar.
...!
Me gusta mucho esa frase..."Nadie sabe con la sed que otro bebe"...es cierto!...qué sabemos nunca cómo siente el otro, lo que de verdad necesita, lo que sufre o lo que goza. Nadie está dentro de nadie, por eso es tan importante saber estar dentro de uno mismo para poder dar lo mejor de nosotros en cada momento. Otra cosa es como la otra persona lo reciba, lo procese y lo viva...pero siendo lo mejor que tenemos nuestra parte de felicidad está cumplida.
ResponderEliminarGracias por tus acertados comentarios siempre!
Un afectuoso saludo***
Querido amigo anónimo:
ResponderEliminarTambién siento proximdad a tu comentario. Quiero no obstante pedirte si podrías aclararme esta frase que dejas en él. "Quizá el ego-ismo, el sentirnos el centro del mundo, la "última cocacola" del desierto ..."
Qué sentido tiene "la última caracola del desierto"?
Un abrazo afectuoso.
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Flor y Nata compartiré con mis amigos virtuales esta reflexión y cuento por la enseñanza-recordatorio que transmite.
Besitossss
Jajajaj! Te pido disculpas mi querido anónimo del otro lado del mar. Leí mal tu comentario, asumí que hablabas de una caracola en el desierto ( así es como me sentido muchas veces, e ahí la pregunta) y veo que te refieres a una cocacolaaa!!!!, que me muero de risa imaginándola. Un abrazo y mil disculpas. No tienes nada que explicarme.
ResponderEliminarAcabas de demostrar el acertado sentido de las notas de Flor y Nata: casi siempre "queremos" entender las palabras del otro.
ResponderEliminarEn el desierto helado de la puna boliviana se encuentran caracolas marinas y esa zona se encuentra a mas de 6 mil m.s.n.m. y actualmente vivo a mas de 1500 km de la costa atlántica y hay fosiles de caracola.¿ cuantos millones de años y de cataclismos geológicos nos separan de esas vivientes creaturas?
Un abrazo cálido para ti Xara y gracias por tus sentimientos y comentarios.
...!
Muchas gracias por la respuesta, amigo. Dios decidió qué seres de la Naturaleza evolucionarían más rápidamente y qué otros darían constancia de sus maravillosas cualidades, necesarias para la creación y también para evolución del ser humano. La caracola, como eco de nuestro pasado. Como instrumento de llamada entre nosotros, como recuerdo del mar y la libertad en nuestro tímpano, como símbolo de la perfección matemática, de la Creación y la Belleza.
ResponderEliminarUn beso