ANTERIORMENTE:
.-Mi querido Mario, hermano mío, mírame…soy yo, Sofía. Mírame bien, mírame…-Por un instante, sus ojos perdidos se llenaron de lágrimas. Comencé a acariciar su frente mientras intenté darle besos diminutos y repetidos en el inicio de su pelo. Pareció calmarse, aún sin saber si realmente me había conocido o solamente se dejaba llevar por un instinto inconsciente de seguridad como un niño perdido en una mente vacía.
Con suavidad y sin dejar de acariciarle, baje mi mano hasta la suya para recuperar aquel trozo de papel que tal vez me daría la pista de lo que tanto nos había separado…
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.-¡Sofía!, ¡Sofía!...- repetía, una y otra vez. Posiblemente, escucharse a sí mismo decir mi nombre le hubiese despertado algún ápice de afecto, de aquel que me negó tantas veces.-¡Tienes que detenerlos!, van a matarme, ellos no saben dónde está….-Y diciendo esto, la mano que apretaba el denostado mensaje se desplomó vacía con un aviven rítmico paralela al brazo del sillón.
El trozo ajado de papel cayó al suelo desapareciendo bajo la butaca que recogía su cuerpo. Cada vez parecía más difícil encajar aquel jeroglífico del que solamente tenía un pedazo. Intenté mover el asiento para recuperar lo que parecía parte de un trazado esquemático aún sin sentido para mí.
Dejé hablar a la persona del otro lado del auricular.
.-¿Mario Grijosa?...
.-Sí, aquí es…-respondí al instante.
.-Abra por favor; un paquete.-Pulsé el botoncito diminuto que asomaba tímido en aquel rectángulo de plástico y salí rápidamente a la puerta para abrir al repartidor que subió, al instante, en el viejo ascensor que solamente debía recorrer un piso. Abrí la puerta y esperé fuera.
.-Mario Grijosa, ¿verdad?...
.-Sí…, yo puedo dárselo.
.-Firme aquí… me dijo, señalando a una pda ajada y pequeña, mientras sostenía un paquete de tamaño mediano con una etiqueta cuyo texto estaba en un extraño idioma que no reconocí.
.-¡Cuidado señora…es un paquete delicado!.- y diciendo esto, lo dejó en el suelo con suma consideración.
Extrañada, temerosa y estupefacta me quedé inmóvil mirando aquel misterioso paquete que yacía en el suelo esperándome…
Y continúa la intriga…..
ResponderEliminarGracias ❤️
Jeee...es mucha mucha intriga hay alrededor de este relato. Gracias por participar en este rincón donde las palabras entretienen, rememoran, construyen, reflexionan, inventan y fantasean. Pero ellas no serían nada sin los ojos de quienes lo leéis.*
EliminarEstoy agradecido por la manera en que conectas teorías abstractas con ejemplos prácticos en tu artículo. ¡Haces que la teoría cobre vida!
ResponderEliminarGracias por tus palabras que me saben tan dulces. Encanta de tenerte en este rincón de reflexiones y fantasías.*
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