Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 26 de enero de 2015

¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?



Cuentan que un buscador de la verdad salió en cierta ocasión a los caminos del  mundo. Y allí, en el gran cruce de éste, interrogó a sus hermanos.

- Decidme ¿cual es la verdad?
- Busca la filosofía -respondieron los filósofos
- No -argumentaron los políticos-. La verdad está en el servicio.
- Entra a las catedrales -le aseguraron los clérigos.
- Sin duda, la verdad es la sabiduría -terciaron los sabios.
- Renuncia a todo -esgrimieron los ascetas.
- Contempla y ensalza las maravillas del señor -le anunciaron los místicos.
- Acata y cumple las leyes -señalaron los gobernantes.
- Conócete a ti mismo -cantaron los guardianes del esoterismo.
- La verdad está en los números sagrados -dedujeron los cabalistas.
- Vive los placeres -aconsejaron los epicúreos.
- Únete a nosotros -le gritaron los revolucionarios.
- La verdad es un mito -respondieron los escépticos.
- Vive y deja vivir -clamaron los existencialistas.
- El pasado: esa es la única verdad -lamentaron los nostálgicos.

Confundido, aquel humano se dejó caer sobre el polvo del camino, mientras aquella multitud se alejaba cantando y reivindicando "su" verdad. En eso, acertó a pasar junto al hombre un venerable anciano que portaba un refulgente diamante.

- ¿Quién eres? -preguntó el derrotado buscador de la verdad.
Y el anciano, mostrándole el diamante respondió:
- Soy el guardián de la verdad.
- ¿La verdad? ¿Es que existe?

El anciano sonrió y aproximando la gema al rostro del humano, replicó:

- La verdad, como este tesoro, tiene mil caras. A cada uno le corresponde averiguar cual es la que le toca. Y esta joya se llama AMOR.

Efectivamente, la verdad contiene el crisol del amor. No se puede mirar a los ojos a la verdad sin beber previamente de la fuente del amor; de otra forma, uno puede consumirse en la fantasía de lo aparente.

Carmen Novoa

2 comentarios:

  1. Las mil caras del amor que todo lo impregna, todo lo toca, todo lo transforma permite al ser humano realizarse como ente espiritual, mas allá de la materia y la ilusión efímera.

    Como diamante permite que la luz filtre y proyecte lo mejor de la esencia humana; el amor es la única verdad, la única fuente desde donde el hombre bebe la esencia del eterno.

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  2. Bella reflexión! y necesaria si queremos encontrar la verdad dentro del corazón!, porque la verdad es única...pero para cada uno.
    Gracias por estos aportes que enriquecen tanto lo que escribo!*

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