Estaba buscando alguna reflexión que me sacase de una tarde de
domingo, un tanto vacía y desganada.
Hace tiempo que pienso que tenemos demasiado ruido alrededor; que a
veces el ruido somos nosotros y que ya no podemos sino estar a gusto en ese
ruido. El silencio parece peligroso, es como si nos anunciase que algo malo va
a llegar o que estamos inmersos en ello ya.
No estamos tranquilos con el silencio. Nos parece vacío. Nos deja esperando
que algo suceda, es como el paso anterior a una desgracia. El silencio hace
presente los miedos y eso no nos gusta.
Sin embargo, el silencio es presencia. En él nos encontramos con
nosotros y eso es lo que tal vez asuste.
Comparto estas reflexiones que van acompañadas de algunos
pensamientos cortos pero de intenso calado.
Feliz comienzo de semana.
__________________________“…Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
- Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:
- Estoy escuchando el ruido de una carreta.
- Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:
- Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace"
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Y nadie está más vacío que aquel que está solo lleno de sí mismo.
- Si el sabio te censura, piénsalo. Si el estúpido te alaba, ¡laméntalo!
- El que se sabe merecedor de la aprobación y del aplauso, no hace nada para conseguirlos.
- El árbol que sobresale muy pronto con sus ramas, suele ser el que primero cae por falta de raíces.
- El hombre seguro de sí mismo goza cuando es apreciado y se duele ante el menosprecio, pero no malgasta su tiempo para cambiar la opinión ajena.
- La propaganda es muchas veces como el agua: deja en el fondo el oro y saca a flote el leño seco.
- Si eres sensato valoras más el juicio de los pocos que te conocen de verdad, que las alabanzas o los juicios negativos de los que te desconocen.
- El necio se irrita con la corrección del amigo y se hincha con la alabanza del adulador.
- El orgullo hincha la pobreza del necio y la humildad agranda la riqueza del sabio.
- El orgullo es la fachada de la estupidez y la humildad es el cimiento de la sabiduría.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario