Y
si tú estuvieses a mi lado como siempre,
Y
si vieses mi vida y mis dolores sin tu nombre,
Y
si pudieses tocarme con tu mano mágica de maga,
Y
si me mirases a los ojos y me consolases con tu mirada.
Y
si llegara a casa y me esperasen tus guisos olorosos,
Y
si volviese a reírme contigo de todo y con todo,
Y
si con ello dejase mi larga mochila de penas y enojos
Y
si pudiese tenerte de nuevo como envoltorio,
Y
si volviese a tu vientre de nata, fresa e hinojo.
Y
si pusieses tu mano en la mía cuando lo dudo todo.
Y
si volviese a tu pupila franca para ver con tus ojos
Y
si al despertarme sintiese tu beso en mi hombro
Y
si me abrazases fuerte para sentir que te adoro.
Cierro
los ojos. Te veo de nuevo. Te nombro.
A
ti mamá que siempre fuiste mi delirio sordo.
Todo
mi amor, tan fresco y nuevo
como esa eternidad de la que seguro
eres reina del amor más profundo y hondo.
(Tú
trajiste la primavera, tú te fuiste con ella)
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