Naciste
hoy, al filo de la primavera que como flor aromática llevas en tu nombre.
Naciste
para amar lo que yo amo. Para llevar mí esencia junto a la tuya y tejer un
manto de estrellas sobre el amor de los amores.
Extendiste
tu alfombra de sonrisas sobre la pupila de mi niño chico y los ángeles de mi
cielo comenzaron a tocar sonatas de algodón para arropar vuestros anhelos.
Y
pasaron los tiempos en los que el lapislázuli cubría los pechos de las reinas
de vuestros reinos y los templos se erguían con cristales azul cielo.
Pasaron
las especias, las joyas y los pétalos de las rosas que adornaban las casas de
los abuelos y quedó la impronta del lujo de tu cultura en lo profundo de tu
pecho.
Miro
tu cara y una princesa veo. Tus grandes ojos azabache negro, tus labios rojos y
tu inmenso pelo ondeando al aire del amor que sientes por lo que yo quiero.
Baharita
mía, has traído a nuestra vida la promesa de un tiempo nuevo. La alegría de
conocer tu grandísimo corazón de caramelo.
¡Feliz
en tu día! Que es el nuestro. Gracias a los planetas que se alinearon en tu
nacimiento.
Gracias
siempre.
Te
quiero.
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