Anteriormente…
Tienes una hora para rescatar el medallón. Iremos juntos antes de
volar al encuentro con Liu.
Swa pensó que tenía que ir a casa de Owen a cogerlo de la cajita
de la estantería de los libros antiguos. No había otro modo. Estaba perdida y
sola.
.-Muévete!, el tiempo ya ha empezado a determinar tu destino (…)
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Steven jugaba con ventaja. Sabía que Swa no podría contactar con
Owen. Estaba sola y perdida a merced de su instinto.
Era un hombre sin escrúpulos cargado de delitos desconocidos que
hasta ahora, habían quedado inmunes.
Swa estaba ante una persona que siempre había sido un desconocido.
Frío, calculador y estratega. Manipulador y experto en la buena imagen. Capaz
de cometer los horrores más terribles sin poder culparse.
Acorralado en su falta de discernimiento e incapaz de juzgarse como
perverso, actuaba seguro de sí mismo atrapando, paso a paso, a su presa.
Montaron en un coche que esperaba al otro lado de la acera.
.-¡Dime!. ¿Dónde está el medallón?. ¿Hacia dónde me dirijo?.
.-A casa de Owen.- Steven no esperaba esta respuesta.
.-¿Allí está la otra parte?. ¡No puede ser!. He estado un montón de
veces allí.- Y diciendo esto comenzó a reírse desaforadamente.- ¡Y yo pensando
que lo tendrías escondido en lo más recóndito del planeta!. Eres lista. Sí muy
lista. Nunca habría imaginado que lo hubieses dejado allí mismo.
Jajajajajajajaj…jajajajajajaj…será fácil encontrarlo.
.-No puedo asegurarte que esté donde lo dejé. Después de lo
sucedido con Owen estuvieron unas mujeres que no conocía y es probable que registrasen
la casa.
.-¡No vuelvas a dudar que está allí!.- Steven enrojeció de ira.
Comenzaron a rodar por su frente gotas, cada vez más engrosadas, de sudor frío.
Una extraña sensación le hizo convulsionar.
.-¡Cuidado!, vamos a matarnos.- Gritó Swa. En ese momento frenó en
seco el coche y lo derivó al arcén. Tomó a la indefensa mujer china fuertemente
por el brazo juntando sus caras.
.-¡Mírame bien!. Más vale que lo encuentres o dejarás de respirar
lentamente… ¡me has oído!.
El teléfono de Steven comenzó a sonar de nuevo. Por la expresión lívida
de su rostro, Swa supuso que no eran buenas noticias.
.-¡Maldito!...no has muerto.
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