Domingo anterior
No podía entender cómo había desaparecido aquella dulce mujer a
la que amaba tanto. Tenía que encontrarla antes de dar ningún paso para
resolver aquel pasado que le perseguía y estigmatizaba.
Steven miró a Swa desesperado.
.- No puedo hacer otra cosa o moriré. – Le respondió.
.-¿Por qué?¿Qué relación tienes con el pasado de Owen?.- El
antiguo amante de la mujer china la miró inquisitivo. Alargó su mano tanto que
casi rozó su jersey.
.- Dámelo.
.-¿Qué?.- Swa pensó en la tarjeta SIM sin saber que se
equivocaba.
.-¡Dame la mitad del colgante egipcio que tienes en tu poder!.
¡Ya!...
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Relato del Domingo
11-09-2016
.-No puedo creer que estés traicionando a Owen. ¡Eres su amigo!. ¡Confía
en ti!...yo te amaba… Steven sin mover un gesto de su cara tomó a Swa por el
brazo y la acercó hasta su cara.
.- El poder es más sugestivo que el dinero mi querida Swa. Si
tienes poder lo tienes todo. Seré poderoso con ese medallón. ¿Acaso sabes lo
que significa poseerlo?.
.-No me importa. ¿Acaso sabes tú lo que significa la lealtad?¿Hay
algo más poderoso?.- La miró con desprecio condenándola a la ingenuidad con la
que la juzgaba.
.-¡La lealtad!, ¡el amor!...cuántas palabras bonitas sabes más. Son
como el humo…las dices y ya se están escapando de ti.
¡Quiero el medallón. Basta de charla.!
.-No lo tengo.
.-Pero sabrás donde encontrarlo.
.- No lo sé.- Swa mintió asustada sin saber si lo mejor sería
dárselo. Algo la decía que no.
.- Yo mismo mandé que le entregasen a Owen la mitad de él por medio
de mis contactos. Sabía muy bien que la otra parte sería fácil de encontrar si él
la tenía. Y mira de qué forma llegó a ti.
¡Dámela he dicho!.- Steven había
recogido la otra mitad del medallón que caída bajo el asiento trasero esperaba
a ser rescatada. Le faltaba la mitad que Swa había escondido en la caja de
marfil. Estaba seguro de que ella sabía dónde estaba.
Una de las poderosas manos de aquel viejo amante de la mujer china
alcanzó su delicado cuello. Lo abarcaba sin dificultad.
Comenzó a apretar con
la intención de matarla si no era capaz de arrancar de sus labios el paradero
del colgante.
Swa sin poder respirar
apenas, le indicó con la mano que la soltase para poder decírselo.
Tosió repetidamente hasta que pudo recuperar la voz.
.- Está bien. Eres el ser despreciable que odié cuando te fuiste.
Te lo daré y nos olvidarás para siempre.
.-No puedo olvidarme de mi hijo. Te diré de hecho que está muy
contento con su nuevo hogar…algo lejos de aquí. -Swa creyó enloquecer. Aquel
malvado hombre se había llevado a su hijo, tal vez para siempre.
.-¡¿Has secuestrado a mi hijo?!. Dime dónde está. ¡Te odio!.
.-Mi querida Swa, estás confundida. Es mi hijo también y tengo
derecho a disfrutar de él…otros nueve años… al menos. ¿No te parece justo?.
.-No te daré el colgante hasta que Liu no esté junto a mí.
.-Uhmmm has olvidado quién pone las reglas aquí. Qué pena mi pequeña
chinita. Tendré que matarte entonces. Pero quiero que lo pienses bien. En
realidad es muy triste que un niño crezca sólo, sin su madre, sin poder verla
más.- Swa se encontraba en el peor momento de su vida.
.-Cómo sé que está bien. Cómo sé dónde está.-Steven saco su
teléfono móvil y marco un número demasiado largo para ser la zona en la que
estaban. Apretó la tecla de la videoconferencia y al momento visualizó a su
hijo en una playa jugando con la arena.
.-¡Hola mami!, ¿cuándo vienes?. Me ha dicho papá que estaremos aquí
pronto los tres. –Swa con las mejillas llenas de lágrimas sordas cogió fuerzas
para hablarle.
.- ¡Mi niño!, ¿estás bien?. Sí si pronto estaré contigo.-Al fondo
había un letrero en principio indescriptible. Steven le quitó el teléfono para
despedirse del niño sin dejarles hablar más.
.- Te llevaré con él cuando me des la otra parte del medallón.- De
pronto, la mujer china pudo reconocer el tipo de lengua en la que estaba
escrito el letrero. Era coreano. ¡Le había llevado a Corea!.
.-¡Cómo has podido!. Nunca saldrá de allí.- Swa sabía que Steven
procedía de Corea del Norte.
.-Solamente hay una opción mi delicada geisha. Tú irás con él. (…)
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