EL COMIENZO DE TI

El comienzo de todo es siempre la curiosidad, la sorpresa, la emoción y el amor.

Siempre me acuerdo de E. Punset cuando alude al sentimiento de amor cuando habla del comienzo de la vida, tal y como la conocemos. A la meta común de los seres nano cósmicos de colaborar para sobrevivir.

Ese puede ser un buen comienzo hasta en los malos momentos. En esos, hay que reorganizarse mentalmente. Ponerse frente a uno mismo y hablarnos como si lo hiciésemos con otro. ¿Qué le dirías a la persona que más amas de éste o el otro tema? ¿Qué palabras amables le regalarías?¿qué caricias interminables le darías?¿qué esperanza pondrías en su mirada?¿Qué dulzuras infinitas colocarías en sus manos?...entonces…¿por qué no con uno mismo?.

A veces cuando estás sólo en tus adentros, cuando más necesitas agarrarte a algo, en ese momento si dejas que la voz interior te susurre, si estás dispuesto a escuchar, si te dejas llevar…aparecerá la fuerza que te permitirá sentirte lo más ayudado del universo.

El comienzo de todo eres tú mismo. Contigo se inventó el mundo. Al abrir tus ojos apareció el cielo, sembró el sol sus rayos sobre la hierba y la lluvia regó el mundo con sus lágrimas. Nacieron las estrellas y la luna colocó su sábana sobre la noche. 

Contigo se inventó el amor, el dolor, la lucha y el reposo. Se dio vida al odio, a la soberbia y al rencor. 

Se abrió la puerta a los contrastes y con ellos a la vida misma en incesante cambio. Tú, yo, aquel…todos, somos cambio y somos vida.

Solo se me ocurre agradecer hasta el último poro de mi piel la que me ha tocado vivir porque, en último término, venimos a vivir experiencias. A gozar y a sufrir, a amar y a odiar. 

Llegamos para experimentarlo todo y si se puede, si logramos entenderlo, dejarlo mejor que lo encontramos en el punto que aparecimos.

Ese es mi deseo y mi intención diaria.