Todo@s
estamos tratando de dar utilidad al tiempo. Por primera vez, nos sobra y muchas
veces y no sabemos qué hacer con él.
Vamos
demasiado al frigorífico, a los cajones y armarios donde guardamos lo prohibido
que llevarnos a la boca, tratamos de hacer “ejercicio”; abrimos viejas cajas,
colocamos estanterías, repasamos páginas de libros, escribimos unas líneas, nos
damos más de un baño, nos lavamos las manos y la cara demasiadas veces.
Salimos
a la ventana o al balcón y entre tanto, encontramos viejas fotos en páginas
olvidadas, flores secas entre libros comprimidos, tickets que recuerdan
felicidades lejanas en el tiempo, cartas antiguas, de cuando se escribía a mano
aún para comunicarnos algo importante o saber de la otra persona. Nos vemos
inmersos en una especie de museo del tiempo; de nuestra historia olvidada entre
el polvo y el desorden.
Corremos
demasiado cuando la vida es lo que llamamos normal. Nunca tenemos tiempo. Vamos
corriendo a todos los lados y dedicamos muy poco a lo importante y menos a un@
mism@.
Esta
es la oportunidad que tanto pedíamos. Quedarnos unos días en casa en pijama, en
ropa cómoda, tirados en la cama o en el sofá, comiendo golosinas o patatas
fritas, transgrediendo todo lo que la normalidad nos obliga a desterrar de
nuestra vida. Pero nada de lo que se desea, en demasía, gusta e
irremediablemente queremos volver a la vida normal. A esa de la que tanto
protestamos pero que tanto echamos de menos.
Lo nuevo normal se va instalando cada
día más en nuestras rutinas y lo que molestaba hace quince días vamos
integrándolo como “normal”.
Estamos
deseando salir, pero también nos va a costar olvidarnos de la ropa cómoda, de
las películas y las series a des tiempo y de esas pequeñas tareas a las que
ahora nos entregamos.
Pero sobre todo, nos va a suponer mucho volver a las
ausencias de las familias y amigos; a
esta comunicación intensa que ahora tenemos entre todo@s.
Corremos demasiado cuando la vida es lo que llamamos normal. Nunca tenemos tiempo. Vamos corriendo a todos los lados y dedicamos muy poco a lo importante y menos a un@ mism@... asi es dejamos de lado esos pequeños detalles que embelecen la vida, los colores de las flores, una buena pelicula compartida entre toda la familia,el cariño de las mascotas,el suave calor del sol... todos son ciclos, todo es enseñanza, de meditar sobre lo que nos falta y nos sobra, de meditar lo que nos ha pasado y porque sucedio.. que bella es la vida con todos los matices y por personas como tu que nos abren los ojos, feliz pascua! te cuidas!
ResponderEliminarLa vida es tan simple...y está siempre a nuestro favor...nos empeñamos en retorcerla, en hacerla de plástico, en materializarla en los extremos, en vivir al límite y todo, absolutamente todo se puede perder en una décima de segundo. Vivir serenamente, sanamente, noblemente en lo sencillo y disfrutar del equilibrio es una elección nuestra que sí nos acercará a la felicidad!: Gracias por particpar*
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