Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 2 de febrero de 2020

¿DE VERDAD LO CREES?



Es muy importante percibir bien, tanto que de otro modo podeos equivocarnos en nuestros juicios y por consecuencia en nuestras conductas de respuesta.
Veamos, este domingo, este breve cuento que resume los nefastos resultados de una mala percepción.




“…Un jinete vio que un escorpión venenoso se introducía por la garganta de un hombre que
dormía tumbado en el camino. El jinete bajó de su cabalgadura y con el látigo despertó al hombre dormido a la vez que le obligaba a comer unos excrementos que había en el suelo. Mientras, el hombre chillaba de dolor y asco:
-¿Por qué me haces esto? ¿Qué te he hecho yo?
El jinete continuaba azotándolo y obligándole a comer los excrementos.
Instantes después, aquel hombre vomitó arrojando el contenido del estómago con el escorpión incluido. Comprendiendo lo ocurrido, agradeció al jinete el haberle salvado la vida, y después de besarle la mano insistió en entregarle una humilde sortija como muestra de gratitud. Al despedirse le preguntó:
-Pero ¿por qué sencillamente no me despertaste? ¿Por qué razón tuviste que usar el látigo?
-Había que actuar rápidamente -respondió el jinete-. Si sólo te hubiera despertado, no me habrías creído, te habrías paralizado con el miedo o habrías escapado. Además, de modo alguno hubieses tomado los excrementos, y el dolor de los azotes provocaba que te convulsionases, evitando que el escorpión te picara.
Dicho lo cual, partió al galope hacia su destino.
No lejos de allí, dos hombres de una aldea vecina habían sido testigos del episodio. Cuando regresaron junto a sus paisanos, narraron lo siguiente:
-Amigos, hemos sido testigos de unos hechos muy tristes que revelan la maldad de algunos hombres. Un pobre labrador dormía plácidamente la siesta a la vera de un camino, cuando un orgulloso jinete entendió que obstaculizaba su paso. Se bajó de su caballo y con el látigo comenzó a azotarlo por tan mínima falta. No contento con eso, le obligó a comer excrementos hasta vomitar, le exigió que le besara la mano y además le robó una sortija. Pero no os preocupéis, a la vuelta de un recodo hemos esperado al arrogante jinete y le hemos propinado una buena paliza por su deplorable acción.”


2 comentarios:

  1. en esta epoca de falsas noticias que elocuente esta tu mensaje, pero aun asi no creen que es mentira... cuanto hace que despierte la humanidad... te luciste, muchas gracias, feliz lunes!

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  2. Feliz lunes Simón! siempre son tan alentadores tus comentarios! Gracias por la sintonía y por tus aportaciones. *

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