Estoy
leyendo un libro con este título. Soy luchadora desde siempre y desde hace
tanto, no me rindo.
La
vida es cíclica. Tiene etapas, altos y bajos. Momentos de sumo placer y ratos
de máxima desesperación. Estoy aprendiendo a equilibrar. A no darlo todo sin
más y a no esperar todo por menos. A no emocionarme demasiado pronto y a no
aceptar menos de lo que merezco.
Las
expectativas que nos provocan las personas es el peor enemigo que podemos
tener. Crean una imagen en nuestra mente que pocas veces se corresponde con la
realidad.
Las
vamos construyendo nosotros mismos, no ellos. En realidad, las personas nos dan
muchas señales para saber cómo son. Lo peor es cuando a basa de imaginarlos de
otra forma queremos que la realidad encaje en el modelo de nuestra mente…y ahí
se rompe el jarrón de cristal.
Realmente
nadie engaña, aunque lo pretenda. Nos engañamos nosotros mismos. No queremos creer
lo que vemos, no podemos admitir que lo que nos ofrece el otro esté tan lejos
de cómo creemos que es.
Hemos
invertido tantas emociones en ello que ahora nos mostramos testarudos para
colocarnos frente a la imagen real.
Nos
hacemos daño continuamente. Los demás y nosotros mismos, no son como deseamos
verlos. Todos participamos de una condición única y con marca registrada para
nosotros solos que se va a mantener siempre.
Llegamos
a la vida de los demás tal y como somos. Son los otros los que nos dan forma en
base a lo que desean ver.
Modelar
fuera del modelo siempre está abocado al fracaso.
Últimamente,
recuerdo, con frecuencia, el cuento de la rana y el escorpión. La rana se
negaba a pasar el río con el escorpión encima de ella, por conocer cómo se comportaría:
-
¡No!
Si te paso el río me picarás y moriremos los dos.
-
-¡Por
favor!...cómo puedes pensar que quiero morir!. Es una idea estúpida…
La
rana accedió. Creyó en él. Quiso amoldar el temor de saber la verdadera condición
del escorpión a su propio modelo lógico y como era de esperar, se equivocó.
Me
he sentido rana tantas veces que debo ponerme unas gafas mágicas que eliminen
lo que quiero ver y me dejen a solas con lo que veo.
Ya
he comenzado a hacerlo… de otra manera me habría rendido, pero no lo hago.
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