No
hay nada peor que encontrarnos presos de nuestras creencias limitantes.
Cuando
empezamos a enunciar en nuestra cabeza el comienzo de la frase: …”No se si…” ,
ya hemos cometido uno de los mayores errores.
· No sé si… lo conseguiré
· No sé si…podré hacerlo.
· No sé si…estaré capacitado.
· No sé si…sabré llegar …etc
La
mente no distingue los mensajes y la primera palabra “NO”…condiciona el resto.
Los
enunciados de nuestras frases poderosas deben ir en positivo. “Haré tal cosa”, “sabré
cómo llegar…”, “lograré este objetivo…”
Los
límites no están en el exterior, sino dentro de nosotros. Seguimos el
pensamiento automático y mediante él giramos en un bucle infinito donde no
resolvemos nada.
Hay
que dar al botón de ”hacer”.
Hay
que cambiar rutinas, hacer cosas diferentes si queremos resultados distintos. Y
hay que hacerlo así, poco a poco, paso a paso. Los hábitos se cambian cuando de
verdad introducimos modificaciones en nuestra conducta. En la diaria. En lo que
parece que no tiene importancia.
Si
a pesar de todo caemos de nuevo en aquello de lo que queremos salir, no nos
fustiguemos. Habrá un nuevo tiempo para intentarlo de nuevo. La clave está en
la “acción” y en darnos plazos posibles.
Lo
que impide que seamos más y mejor sucede en la mente. Si dejamos de pensar que
no somos capaces y movemos nuestra intención veremos que el gigante de nuestra
cabeza baja cediendo en altura y lo difícil se convierte en posible.
No
falta gente en el camino que nos tienda una mano. Pero para ello debemos
tenerla extendida.
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