Presiento que llega el tiempo que anuncia
La lluvia seca de los sueños blandos
Que los recuerdos quedan enlatados
en un bote sin tapa
que cada día que anuncia el calendario
tiene quiebros raros dentro de la magia
del aroma del otoño que se avecina andando.
Y veré sus colores de arco iris verde y marrón,
Ocres y anaranjados, como están en el corazón
de la amanzana del pecado.
El silencio pone grapas en mis labios
Y cierra las heridas que entierro
en el lodo y en el barro.
Cierro los ojos y veo que hay rayos de sol
Deseando besar mi piel desnuda
de expectativas y encantos.
Cierro los ojos e imagino
un mundo de dulce y gominolas
En torno a mi girando
Como si fuese de nuevo niña
En la palma de tu mano.
Huele a tierno, a cariño y a encanto.
Huele a tu pelo blanco meciendo la cuna
En la que estoy llorando.
Hasta mi, tu nana de chocolate y nata,
De fresa y mango.
Hasta mi, tu beso casto
sobre mi frente temblando.
Que llegue el otoño,
que llegue raudo.
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