Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 15 de marzo de 2016

GIGANTES INVISIBLES



Me he dado cuenta que los seres más diminutos, los que ni se ven, ni se tocan, ni saben ni huelen, pueden matarnos en instantes.

Virus, bacterias, hongos y un sinfín de diminutos seres apenas perceptibles con el microscopio pueden sembrar la semilla de la muerte en un momento.

Pensaba hoy que esto mismo sucede con los pensamientos. Comenzamos por descubrir uno de ellos en nuestra mente. 
Pequeño, imperceptible, aparentemente inocuo pero dañino. Letal.
Comienzan cuando vemos algún detalle, alguna señal; muestras y rastros de lo que se avecina y no lo queremos creer. 

Aparecen como ráfagas que anuncian la tormenta. No les hacemos caso porque parecen éter que se evapora, pero siempre vuelven. Recurren e invaden.

A veces, enfrentar la realidad es menos duro que soportarla. En muchas ocasiones tenemos miedo de lo que sucederá y no vemos que es aún peor lo que está sucediendo. 

Nos alejamos de lo que se nos muestra con claridad para seguir pegados a los sueños.

A mí me gusta saber con lo que cuento. Me gustan las cosas claras. Me encanta saber a qué palo quedarme y si lo acepto asumo las consecuencias. En cualquier caso, lo peor son las situaciones indefinidas, los sí pero no, el me va bien a pesar de lo malo… y tantas otras frase con las que nos engañamos tantas veces.
Los virus mentales también atacan y lo hacen fuerte.

Presentan batallas silenciosas. Minan subterráneamente, perforan y taladran la confianza.

Posiblemente, lo mejor sea mirarlos de frente y escuchar el mensaje que tienen que darnos. De nuestra cuenta queda actuar con rapidez o seguir dejando que aniquilen nuestro equilibrio.

Hay que estar atentos.

 Podemos remontar y vencer en la lucha pero para ello hay que saber contra quien luchamos y querer hacerlo.


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