Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 3 de marzo de 2016

EL AMOR ES EL PEGAMENTO MEJOR



Estamos en una época en la que hablar de amor se ha banalizado. O nos da vergüenza o lo utilizamos como un vocablo de usar y tirar.

          Se habla de amores de plástico, de hoja delata, de gominola, de sabores y olores distintos, de quita y pon o de tira y afloja.
Escuchamos expresiones tales como: “el amor ahora, no dura”, “dicen que se quieren mucho y a los dos días…” 

El amor parece estar de rebajas. A buen precio, de fácil compra y de rápido consumo. Un amor que parece no tener nada que ver con aquel que inspiró los poemas románticos del pasado, o más atrás aún las  muertes de los amantes que no podían concebir la vida uno sin el otro.

Lo perfecto no existe. Cuando materializamos el sentimiento algo se escapa. Es como si su fórmula perfecta estuviese en el aire, en la mente, en el sentimiento o en el corazón pero cuando tenemos que presentarnos de su mano se deteriora al instante.

Sin embargo, se sabe si no nos equivocamos cuando hace de “pegamento”. Cuando une sin atar. Cuando te impele a quedarte cerca. Cuando lo necesitas para seguir un día más, un paso más.
No sé si el amor se identifica con una persona concreta, ni si se produce en una circunstancia definida, ni si se tienen que dar condiciones sin las cuales no se haga realidad. 

No sé si hay normas que lo metan entre carriles, ni si para él está algo prohibido. 

No sé si debe ser dulce o si el agridulce también cabe en su interior. Lo único que parece evidente es que la fuerza mayor de la existencia. Que se vive por él y también se muere. Algo se muere siempre cuando nos salimos de su burbuja.

De cualquier forma hay que meterse dentro. Si nos roza estamos perdidos porque quedaremos pegados para siempre. 
Quien lo prueba no olvida su sabor. Ni es la misma persona, nunca más.
Ama. Sea como sea. Ama.

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