A veces tenemos la mente cerrada, otras es
saludable cerrarla; evita muchos problemas y te mantiene al margen de otros
tantos.
El problema es cuando
la clausura es involuntaria en favor de las ideas de otros. La cerramos para
que las nuestras no salgan, no se escapen y nos metan en problemas. Nos parece
más cómodo y seguro seguir las de otra gente, asociación, sociedad, ideología o
religión.
Hay como una especie
de confianza ciega en lo ajeno y una evidencia de desprecio soslayado con lo
propio.
No es lo mismo cerrar
la mente de forma voluntaria para dar un giro a los sentimientos y al
comportamiento, que conducirnos según los parámetros de otros porque no somos
capaces abrir nuestros propios canales.
Comparto un texto
abreviado y refundido, sobre este tema:
“La totalidad de tu capacidad cerebral
es inmensa; sin embargo tú, en tu pensamiento limitado, usas sólo un tercio de
ella. ¿Para qué crees que es el resto?.¿Para llenar un hueco?.”
Ramtha
Aunque tu cerebro fue diseñado para recibir cada
frecuencia de pensamiento de la
totalidad del conocimiento, se activará para recibir sólo aquellas frecuencias
que tú le permitas recibir. Y de todos los pensamientos maravillosos que bombardean
al conocimiento universal que te mantiene en la unidad contigo, el único
conocimiento que la mayoría permite recibir son los pensamientos de baja
frecuencia de la conciencia social, los cuales son muy limitados y
enclaustrados, como tú has podido experimentar bien.
Cuando vives de acuerdo con la conciencia social, y
razonas sólo con las frecuencias que dominan en su pensamiento limitado, las
únicas partes de tu cerebro que se activan son los niveles superiores izquierdo
y derecho del cerebro, y algunas porciones del cerebelo inferior, que está
situado sobre la columna vertebral. La mayor parte de tu cerebro permanece dormido;
no hace nada. Esto es debido a que rehúsas admitir cualquier pensamiento que no
concuerde con el pensamiento limitado de tu familia, tus amigos, la sociedad o
el dogma. No lo dejas entrar. O sea: sólo te permites contemplar y razonar
aquellos pensamientos que serán aceptados por los demás.
La
única razón por la que alguien es un genio y sabe cosas que tú no sabes, es
porque él ha abierto su mente para contemplar las posibilidades, los
pensamientos extraordinarios y brillantes que van más allá del pensamiento
limitado del hombre. Él se ha permitido considerar y razonar estos pensamientos
mientras que tú los has rechazado. Tú eres incapaz de recibirlos porque aún
tienes que activar aquellas secciones de tu cerebro que te capacitan para
razonarlos. Entonces, ¿qué ocurre con los maravillosos pensamientos de
entendimiento ilimitado que continuamente bombardean tu estructura luminosa?
Rebotan en tu unidad receptora y son enviados a través del espíritu de tu ser
de vuelta al río de pensamiento.
Tener la mente cerrada es estar cerrado a la
posibilidad de cualquier cosa que exista fuera de los valores que pueden ser
experimentados por los sentidos de tu cuerpo. Cada vez que le digas a alguien
«es sólo tu imaginación», lo estás programando para la estupidez y la
creatividad limitada. Y eso es, de hecho, lo que ocurre a todos nosotros.
Hugo Betancur
Hoy tus palabras unidas a las de una buena amiga y también a los consejos de quien me cree "demasiado" imaginativa, han activado mis ganas de expresar en la vida. Gracias mil. Tienes ese gran don de iluminar con las palabras.Un beso
ResponderEliminarXara del alma!...siempre confío, cuando me siento como tú hoy, en que las palabras justas llegarán a mi y en que las señales me invitarán a ver más allá y por encima de las circunstancias efímeras que nos amargan en un momento concreto . Millones de gracias por tus palabras! Un beso grandote!
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